Hacer mantequilla clarificada tiene pocos secretos si se hace bien. Hay muchas formas de elaborarla pero solo una de hacerla bien, al resto de formas podríamos denominarlas de batalla. La mantequilla clarificada nos va a servir en multitud de elaboraciones, para hacer salsa holandesa o para hacer varias recetas de mantequillas compuestas.
Para hacerla, pondremos al baño maría un bol con mantequilla y regularemos la temperatura del agua para que no llegue a cocer. Lo ideal es mantenerla a unos 60ºC. Por reposo y decantación conseguiremos que se separe la grasa del suero lácteo (agua en mayor proporción). De esta forma ya tendremos separada la grasa que la pondremos libre del suero en otro recipiente.
Otra forma de hacerla, más rápida y sobretodo cuando trabajemos con grandes cantidades, será ponerla directamente al fuego con unos trozos de patatas. De esta forma conseguiremos que se derrita más rápido y que no se queme, al estar ocupada cocinando los trozos del tubérculo. Aún así, y aunque os lleve un poco más de tiempo,os recomiendo la primera opción.
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