Son finas cintas de unos ocho milímetros de anchura que parten de una masa que se elabora con harina de trigo blando y huevo. Existen muchas variantes de tagliatelle a las que se le agrega aceite de oliva y sal o un poco de agua, si las quieres con sabores, también existen combinados con espinacas o tomate.
Una de las características de las pastas al huevo es que absorben las salsas con mayor facilidad que las elaboradas con agua y harina. Para alcanzar un mayor sabor y textura de la pasta, es necesario combinar correctamente la salsa y la pasta, esta misma salsa puede dar como resultado un gran plato o uno mediocre según el tipo y forma de pasta que se use. Para cocinar la pasta hay que seguir unas indicaciones fundamentales. Debemos elegir una olla adecuada, que sea grande y alta. Se aconseja un litro de agua por cada 100 gramos de pasta.
La pasta necesita una temperatura constante, debemos añadir sal al agua, unos 10 gramos por litro de agua, en cuanto a los tiempos de cocción, es difícil establecerlos ya que las pastas varían en tamaño y espesor.
El punto justo de cocción de la pasta es cuando la pasta esta tierna en el exterior y su parte interior se conserva dura. Para ello, debemos ir probando de vez en cuando para controlar el punto de cocción.
Finalmente recordar que la pasta no hay que pasarla debajo de un chorro de agua fría ya que pierde su capa de almidón, este es necesario para ligarse a las salsas. La única excepción se hace con la pasta que se tiene que servir fría.
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