Este verano nos hemos cansado de tirar las pepitas o semillas de melón como si de un simple deshecho se tratara, cuando en realidad pueden resultar un saludable y delicioso tentempié.
En alguna otra ocasión, sobre todo cuando éramos más pequeños, después de comernos el melón, hemos pelado sus “pipas” y nos hemos comido la semilla, estaban buenas pero daban mucho trabajo. Ahora no tenemos tanto tiempo pero no por ello debemos desdeñarlas siempre.
En primer lugar se pueden dejar secar al sol o en el horno, también pueden ser ligeramente tostadas y saladas, incluso se puede agregar alguna especia, resultará un aperitivo sano y enriquecido en flavonoides, lo que nos otorgará efectos antioxidantes.
También se pueden tomar como refresco, para ello basta con lavarlas y escurrirlas, a continuación se trituran, se endulzan y se mezclan con melón troceado y un poco de agua. Este refresco mexicano denominado se debe conservar unas tres horas en el frigorífico y estará listo para tomar.
En Marrakech las machacan en un mortero con agua y un poco de agua de azahar (elaborada con flor de naranjo), tras filtrar el jugo obtienen una bebida muy nutritiva y seguramente deliciosa.
Pero además se puede elaborar un aceite que se extrae por presión de las semillas, un aceite con el que aderezar y enriquecer algunos platos que otorgarán propiedades calmantes y un alto contenido en flavonoides.