¿Por qué nos gusta tanto el azúcar?

Esther Clemente

Colaborador

Soy una chica coruñesa, veterinaria de profesión y que por circunstancias de la vida acabé viviendo en Asturias donde llevo ya una buena temporada. Cuando me preguntan por qué me gusta tanto cocinar, siempre respondo lo mismo: "¡Por qué mi madre odia meterse en la cocina!".

Sin duda cualquiera se rinde ante un pastel, una bandeja de bombones o una taza de chocolate con galletas, y es que todos los alimentos dulces resultan sumamente atractivos para casi todo el mundo.

Pero ¿por qué nos gusta tanto el azúcar y nuestro organismo nos tienta muy a menudo con unas ganas irrefrenables de tomar algo dulce? La clave está en nuestro cerebro, donde una serie de sustancias químicas regulan nuestra sensación de ganas de dulce, así como el placer y bienestar que comerlo nos provoca.

Estas tres sustancias son la dopamina, la serotonina y las betaendorfinas, todas con un papel muy importante en esto de las ganas irrefrenables de tomar cosas dulces.

La serotonina

Esta sustancia se fabrica en nuestro cerebro a partir de un importante aminoácido, el triptófano, encontrado principalmente en las proteínas. La ingestión de azúcares provoca que se libere serotonina, que en buena cantidad es clave para hacernos sentir tranquilos y con sensación de bienestar.

La betaendorfina y la dopamina

Paralelamente, el azúcar también nos engancha con un mecanismo parecido a como actúan las drogas en nuestro cerebro, ya que tanto el azúcar como otros carbohidratos muy procesados, como cereales, dulces o bollería, aumentan rápidamente la cantidad de azúcar en sangre, provocando el aumento de algunas sustancias químicas.

La ingestión de azúcar activa las mismas áreas del cerebro que están involucradas en la adicción a la nicotina y otras drogas, produciendo sustancias químicas tales como la betaendorfina, relacionada con la euforia y una menor capacidad de sentir el dolor, que hace que las personas sientan un antojo casi incontrolable de ingerir más azúcar.

Por otro lado está la dopamina, que nos da movimiento y expresión emocional. De ahí derivaría nuestra búsqueda ansiosa de algo dulce cuando nos dan el atracón, y las recaídas de consumo de este ingrediente aún cuando nos hayamos propuesto disminuirlo o evitarlo.

Consejos para disminuir nuestro consumo de azúcar

Estas que hemos visto son las principales sustancias que se producen en nuestro cuerpo al ingerir azúcar, y que hacen que nos guste tanto y sea difícil prescindir de ella. Si queréis disminuir el azúcar de nuestra dieta y controlar esos antojos dulces tendréis que seguir estos consejos:

  1. Reducir lo más posible la cantidad diaria. La OMS aconseja no tomar más de 25 g al día, lo que equivaldría a una cucharada sopera, pero controlando, porque gran parte de los azúcares que consumimos habitualmente no son azúcar de mesa, sino otros que van ?camuflados? en alimentos, incluso muchos que no están considerados como dulces. Por ejemplo, una cucharada de ketchup contiene cuatro gramos de azúcar, mientras que una lata de refresco puede llegar hasta los 40 gramos.

  2. Comer bien. Seguir una dieta equilibrada ayudará a superar la falta de azúcar y a controlar los antojos. Alimentos como nueces, yogurt, frutas, verduras, aceitunas ayudarán a superar esos atracones de dulce.

  3. Cambiar los hábitos. Si os percatais de que los antojos de azúcar están relacionados con una hora del día o un entorno en concreto, procurad distraeros en esos momentos con alguna que otra actividad para que el deseo pase.

Ahora que ya conocemos por qué nos gusta tanto el azúcar, no nos culpabilicemos diciendo que somos hombres de poca voluntad cuando nos hayamos comido media caja de galletas o una bolsa de bollos, echemos simplemente la culpa a nuestro cerebro y sus neurotransmisores.

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