Guacimara Cabrera creció en Fuerteventura, rodeada de camellos. “Era un animal muy normalizado, sumergido en la cultura y del que se aprovechaba su lana, su carne y su leche”, explica a DAP.
La familia de Cabrera heredó cuatro camellos de su abuelo con los que, desde hace 35 años, empezaron a organizar paseos turísticos: la única actividad para la que ha sobrevivido este animal.
“El camello africano llegó hace seis siglos a España, en concreto a Canarias”, explica la ganadera majorera. “Fue el primer tractor, pero cuando entró la industria motora quedó relevado para romerías, fiestas y demás. Después, para el turismo”.
Los Cabrera fueron los primeros ganaderos de las islas que investigaron qué tenían de particular los camellos canarios, para descubrir que, en realidad, se trata de una especie distinta, la primera de Europa, hibridada del camello africano, pero con características particulares.
“Vimos que había camellos con unas proporciones mucho más grandes, que lo que es hoy en día sabemos son los camellos canarios”, explica Cabrera. “De ahí comenzamos un proyecto de investigación científica para catalogarlo. El trabajo empezó en 1986 y no finalizó hasta el 2001 con la Universidad Complutense de Madrid”.
Tras censar todo el camello canario se llegó a la conclusión de que estábamos ante una especie en peligro de extinción: había menos de mil ejemplares en todo el mundo. Los Cabrera, que regentan el zoo Oasis Wildlife Fuerteventura, querían buscar una alternativa para que ese animal fuera demandado.
“Los paseos es algo, digamos, muy limitado”, apunta Cabrera. “No tiene una alta demanda. Son muy pocos los ganaderos que se dedican al paseo turístico con este animal, así que buscamos el valor de la leche”.
Una leche muy apreciada
Cabrera nos cuenta todo esto en el Salón Gourmets de Madrid, donde esta presentando la primera leche de camella producida en España bajo la marca Dromemilk.
Aunque la leche de camella nos resulta en España tremendamente exótica, es un producto bien conocido en otras partes del mundo, incluso en otras partes de Europa. El mayor productor de leche de camella del mundo es Arabia Saudí, pero desde el año 2011 se comercializa en países como Francia, Alemania, Países Bajos o Reino Unido, donde incluso tienen sus propias granjas de camellos.
Leche de camella 500ml (Congelada) (4 botellas)
Se trata de un producto que, como explica Cabrera, tiene numerosas propiedades interesantes: “Es la leche más parecida a la leche materna humana y la única leche, junto con la de yegua y con la de rata, que no tiene lactosa. Eso hace que sea una alternativa muy muy interesante para la pediatría. Además, apenas tiene grasa y tiene el triple o cinco veces más de vitamina C que la leche de vaca o de cabra”.
Todo esto, unido a la baja producción de las camellas en comparación con otros animales, hace que hablemos de una leche muy cara. La más cara del mercado: en torno a los 80€ por litro.
La leche de camella canaria tiene, además, una serie de propiedades específicas. “La leche de camella generalmente tiene una connotación salada, la nuestra es la única que tiene connotaciones dulces”, explica Cabrera.
Pese a las bondades del producto, en España no ha sido nada fácil su comercialización, que comenzará como tal en próximos meses. “En todos estos 35 años hemos perdido muchísimo tiempo, tanto investigando como peleando para montar la granja”, explica Cabrera. “No existía un marco regulador a nivel normativo ni legislativo en España para hacer una granja de camellos. Estaba considerado un animal exótico y no de ganadería, por lo tanto había que cambiar su categoría. Hemos tenido que trabajar desde Bruselas hacia abajo y mientras el resto de países ya iba normalizando y montando las granjas, nosotros estábamos a la espera, porque a nivel administrativo era un bloqueo inmenso”.
Un proyecto social
Pese al elevado precio de la leche de camella, el objetivo de Dromemilk no es tanto comercializar la leche a escala industrial, sino producir esta dentro de un modelo de desarrollo social que tenga como objetivo principal recuperar para Canarias su camello autóctono y crear tejido ganadero.
“No tratamos de que sea un producto gourmet premium, que realmente sea algo tan selecto de la que sea inalcanzable”, explica Cabrera. “Se trata de lo contrario, de que todo el mundo pueda llegar a él a través de productos derivados y que esté ligado a un destino que es Canarias”.
Existe ya una Asociación de Cría y de Protección del Camello Canario y, como explica Cabrera, “se está trabajando una parte educativa y divulgativa de formación para fomentar e inspirar a que otros jóvenes críen camellos”.
En la actualidad, no obstante, la única ganadería como tal de camellos canarios vive en una finca cercana al zoo Oasis Wildlife en unas condiciones que ya quisieran todos los animales domésticos.
“Están en un valle natural salvaje y se alimentan de pastos salvajes en un 90%”, explica la directora de Domemilk. “Nosotros llamamos a las camellas, cada una por su nombre. Estamos hablando de que son más de 400 camellos. Tú las llamas y ellas vienen por su nombre de forma voluntaria y entran dentro de una manga de ordeño. Y cuando entran las cepillamos”.
Actualmente, los camellos acaban sus días en una reserva para ancianos. “Un camello puede vivir hasta 30 años”, explica Cabrera. “Nuestros camellos se jubilan a los 14 años. A partir de entonces siguen su funcionamiento normal, el pastoreo y demás. No hay matadero en la isla de Fuerteventura”.
Cabrera es consciente, no obstante, que el éxito de su proyecto de expansión del camello canario pasa por aprovechar todo el animal: “Nuestra idea es que se genere mucha más industria láctea y también se aproveche la lana y la carne. Es una carne prácticamente carente de grasa, muy suave. Ese será el siguiente paso”.
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