Durante la feria Alimentaria de Barcelona asistí a un maridaje de los vinos de Dehesa de los Canónigos con los diferentes productos de Cecinas Pablo --de quienes por cierto hace un tiempo también probé los chorizos a la sidra en microondas-- y hoy, ya con más calma, os traigo una prueba de producto de estas novedosas cremas de cecina, a mitad camino entre un paté y una sobrasada, aunque su mayor similitud es la de un steak tartar.
Cuatro son las cremas que actualmente ofrecen en el mercado, tres de ellas son de cecina, una normal, una con queso de Valdeón (un queso azul de la región de León) y una con chocolate de Astorga (que es también donde se producen estas cecinas), además de una cuarta de jamón ibérico.
La primera impresión una vez los tienes sobre la mesa es la de que sin duda necesitan mejorar el packaging y la presentación, pues ni la etiqueta ni el envase transmiten la sensación de que estamos ante un producto gourmet, sino que más bien parecen unas hamburguesas de supermercado.
Pero incluso dejando de lado la cuestión estética, que es bastante importante, el envase sigue sin ser el más adecuado para el producto, sobre todo dada la textura ligeramente viscosa de las cremas, que hace que sea complicado desmoldarlas con facilidad y que el aspecto una vez en el plato no sea el más adecuado.
Personalmente creo que lo más adecuado sería buscar una presentación en tarrina o con un envase que tuviera previsto un sistema de desmoldado que diera como resultado una pieza más atractiva, además de rediseñar la etiqueta y optar por una estética más sobria y elegante, que transmita la calidad del producto que encontramos en su interior.
Sin embargo, dejando de lado las cuestiones estéticas y de presentación, las cremas de cecinas de Cecinas Pablo son un producto tan novedoso como interesante, una forma diferente y cómoda de disfrutar de todo el sabor de la cecina.
Crema de cecina
La crema de cecina es la estrella de esta nueva línea de productos. Podría describirse como una especie de paté, pero como he comentado al principio, se parece más a un steak tartar, aunque no está elaborada con carne cruda como este, sino con cecina de vacuno curada.
Su sabor es suave y delicado, acompañado de una textura muy agradable que hace no puedas evitar servirte una tostada tras otra. Además, es perfecta como base para otros "inventos", como añadirle cebolla caramelizada, un queso cremoso, una tira de pimiento asado...
Crema de cecina con queso de Valdeón
La crema de cecina con queso de Valdeón va un paso más allá, añadiendo una capa de este queso azul leonés, que potencia el sabor de la cecina con su aroma y picante característico. Personalmente, es la combinación que más me gusta, aunque es cierto que por momentos el queso puede llegar a predominar sobre la cecina.
Crema de cecina con chocolate de Astorga
Aun siendo la más sorprendente de las tres cremas, a la crema de cecina con chocolate de Astorga aún le falta algo para ser un bocado redondo. Es una mezcla deliciosa gracias al contraste entre el dulce y el salado, pero se queda en el paladar la sensación de que es una mezcla extraña que aún debe pulirse, aunque puede que tenga algo que ver con los prejuicios culinarios al probarlo.
Crema de jamón ibérico
Además de las cremas de cecina, en Cecinas Pablo también han preparado una crema de jamón ibérico. Ésta, sin embargo, no está a la altura de sus compañeras, y aunque tiene una textura más conseguida, su sabor resulta demasiado salado para mi gusto, como cuando pruebas un jamón y no está suficientemente curado.
¿Cuales son las impresiones que me han quedado tras probar las cremas de cecina de Cecinas Pablo? Pues que estamos ante un producto novedoso e interesante, pero que aún tiene un camino que recorrer hasta lograr ser un producto atractivo no solo al gusto, sino también a la vista, que apetezca sacar a la mesa en las ocasiones especiales.
Más información | Cecinas Pablo En Directo al Paladar | Probamos el caldo para arroz caldero de Caldos Mediterráneo
