Siempre que hablamos de que el chocolate beneficia nuestra salud, nos estamos refiriendo a un chocolate que cuenta con un porcentaje de cacao elevado (mínimo 70%) ya que gracias a eso, contiene mucha menos azúcar y grasas. Un chocolate con un porcentaje de cacao elevado, podemos incorporarlo en nuestra dieta sin ningún problema.
Las investigaciones han demostrado que su consumo es beneficioso para nuestro cuerpo y para nuestra mente. El chocolate negro, con más cacao y menos azúcar, es rico en minerales y antioxidantes y previenen el envejecimiento. También ofrece efectos protectores para el sistema cardiovascular, por lo menos en las primeras tres horas después de su consumo.
Los nutrientes responsables de hacernos sentir bien a la hora de comer chocolate son: el triptofano, un aminoácido que regula la serotonina u hormona del bienestar. Anandamina, una sustancia que también puede hacernos sentir tranquilos y contentos. Y cómo no, la feniletilamina, una sustancia del grupo de endorfinas que mejora el estado de ánimo y producen un efecto estimulante en el cerebro. Producen una energía positiva y unos sentimientos que van desde la felicidad a la euforia.
Un estudio de psicoanalistas en New York descubrieron que las mujeres producíamos grandes cantidades de feniletilamina en el cerebro. Es curioso pero comer chocolate puede producir el mismo sentimiento de placer que cuando nos enamoramos, ya que el cerebro libera endorfinas, por lo tanto, no es extraño que el chocolate se relacione con el amor y la estrecha amistad.
Chocolate negro
El chocolate negro debe presentar una proporción de pasta de cacao superior, aproximadamente al 50% del producto, es a partir de esa cantidad cuando el amargor del cacao empieza a ser perceptible. El porcentaje de cacao en un chocolate es la suma de todos los ingredientes que proceden del cacao. El ejemplo en una tableta del 70%: 10gr de manteca de cacao, 60gr pasta de cacao y 30gr de azúcar su porcentaje final es la suma de la manteca más la pasta que es 70%.
Se obtiene mezclando azúcar con dos productos derivados de las semillas del cacao: una materia sólida como es la pasta de cacao y una materia grasa como la manteca de cacao que proviene de la misma semilla. El sabor final del chocolate depende de la selección y mezcla de diversos tipos de granos de cacao dependiendo de las zonas. Entre las veinticinco especies existentes, se cultivan tres variedades de árbol de cacao como son: criollo, forastero y trinitario.
El chocolate negro es más rico en antioxidantes ya que el cacao es más puro y ha sido menos tratado. Es bueno para los dientes y reduce la posibilidad de desarrollo de caries dental gracias a los agentes antibacterianos que se encuentran en los granos de cacao. Bueno para la tos, gracias a la teobromina (un derivativo que se encuentra en el cacao) casi tres veces más efectiva en combatir la tos persistente que la codeína, que es considerada como la mejor medicina contra la tos descubierta hasta el momento. Y estos son solo algunos de sus beneficios.
Chocolate con leche
El chocolate con leche suele ser uno de los más populares debido a su dulzor. La proporción de pasta de cacao suele estar por debajo del 40%, aunque en el mercado gourmet se pueden encontrar tabletas con el 50%. El chocolate con leche como su nombre indica lleva leche en polvo añadida.
El chocolate con leche es un alimento rico en calcio ya que 100 g. de este alimento contienen 247mg . Como tiene una alta cantidad de calcio, el chocolate con leche es un alimento bueno para los huesos y es muy recomendable su consumo durante el embarazo puesto que en estas etapas nuestro organismo lo consume en mayor medida.
A diferencia del negro en lo que a nutrientes se refiere, el chocolate con leche tiene más alta cantidades de azúcares, más proteínas de la leche, menos concentración de cacao, lo que nos hace tener menos sustancias estimulantes y menos antioxidantes que un chocolate negro.
Chocolate blanco
El chocolate blancos debe contener un mínimo del 20% de manteca de cacao, un 14% de sólidos lácteos, un 3,5% de grasa de leche y un 55% como máximo de azúcar u otros edulcorantes.
El primer chocolate blanco se elaboró por primera vez en Suiza unos pocos años después de la Primera Guerra Mundial. En 1930 lo introdujo la compañía Nestlé en una barrita llamada Galak. Se fabricó con azúcar, leche en polvo y manteca de cacao. Como el cacao se le añade en forma de manteca en lugar de sólidos, es por ello que su color es amarillo claro, lo que a veces lleva a pensar que no contiene cacao.
Los chocolates blanco de mala calidad tienen un tono blanco en vez de marfil, ya que carecen de manteca de cacao. Se elaboran a partir de grasas baratas sólidas, vegetales hidrogenadas y animales, por lo tanto no están derivadas del cacao y es por ello que los sucedáneos nunca necesiten pasar por el proceso de atemperado.
El chocolate beneficia nuestra salud y hay que disfrutarlo, pero moderadamente como todos los alimentos, y si se acompaña de una vida sana con ejercicio y dieta equilibrada, no tenemos porque sentirnos mal después de comerlo. Cincuenta gramos de un chocolate puro es el máximo recomendado por día, así que disfrutémoslo.
Foto | Flick
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