Seguro que lo has visto en muchas casas, de hecho probablemente en la tuya también tengáis (o hayáis tenido) la costumbre de guardar las patatas al lado de las cebollas. Pero, ¿algunas vez te has cuestionado si esto es aconsejable? ¡Te lo explicamos a continuación!
Si lo piensas es algo de lo más curioso, ¿en qué momento nos empezaría a dar por juntar estos dos alimentos tan importantes en la cocina española? Seguramente sería porque se usaban tan a menudo, tanto juntos como por separado, que lo mejor era tenerlos siempre a mano en el cajón más espacioso de la cocina. Así cabían, cuantas más, mejor.
Pues bien, a pesar de que patata y cebolla han llegado a formar parejas ganadoras que nos han dado tremenda gloria en elaboraciones como la tortilla de patatas o las patatas a lo pobre, estos dos ingredientes no se llevan nada bien a la hora de convivir. Y es que no es lo mismo verse un ratito todos los días que estar todo el santo día juntos, ¿verdad que no?
Problemas de convivencia, ¿por qué?
Una vez somos conscientes de que estamos cometiendo un error, lo más sensato es ir a conocer el motivo para que no lo sigamos repitiendo en el futuro. Pues bien, resulta que tanto las cebollas como las patatas liberan un compuesto, llamado etileno, que es el que hace que ambos alimentos se estropeen antes de tiempo y no podamos disfrutarlos en su plenitud.
Así que, bajo ningún concepto, debemos mezclar las patatas con las cebollas. Lo ideal es que no compartan cesta, pero tampoco cajón ni ningún otro recipiente que podamos destinar a tal uso. Cada una en su sitio van a tener una mejor vejez y tu cuerpo te lo agradecerá.
Cómo sí conservar las patatas y las cebollas
Lo más importante, y que mucha gente no suele tener en cuenta, es que las vayamos comprando en pequeñas cantidades, en función de las que vayamos necesitando. Ya habrá tiempo de ir reponiendo conforme se vayan consumiendo. Así nos aseguraremos de que siempre estarán frescas y en buen estado.
Otros consejos importantes a tener en cuenta:
Que la temperatura de tu casa se encuentre entre los 7 y los 15 grados (entre 4º C y 10º C en el caso de las cebollas). Y si tienes opción, mejor guardarlas en el exterior o en zonas más frescas, como la bodega o el garaje.
No las dejes dentro de la bolsa de plástico, cámbiala inmediatamente. Lo más recomendable es que uses una bolsa oscura de tela o rejilla y que la coloques en un lugar aireado. También puedes utilizar una caja de madera con agujeros, como las que se usan para la fruta, y taparla con un paño.
También es importante que no estén expuestas a la luz directa, pero que tampoco estén sumidas en la más completa oscuridad. Se suelen sentir muy cómodas con el concepto de penumbra.
Si ves que alguna se empieza a estropear, sepárala del resto. Si no, se terminarán echando a perder todas. Conviene ir revisando esto de vez en cuando para no tener que lamentar ninguna pérdida.
Si te vieras en la necesidad de tener que conservar unas patatas que ya están peladas, que no es lo ideal en ningún caso, deposítalas en un cuenco sumergidas en agua con un chorro de zumo de limón. Cuando vayas a cocinarlas, que nunca debería ser mucho tiempo después, acuérdate de secarlas con un paño de cocina.
En ningún caso debes lavar las patatas antes de almacenarlas.
Procura que las patatas no estén excesivamente apiladas y que haya espacio entre ellas para que puedan respirar.
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