Estas son dos grasas que se utilizan muy a menudo en la cocina de todo el mundo. Hace unos años nos invitaron a cambiar la mantequilla por la margarina, atribuyendo a ésta última el beneficio que proporciona para disminuir el colesterol.
Pero esto ha abierto un gran debate a la hora de decidir cuál de ellas es la más sana. Tú decides.
La mantequilla es la grasa de la leche, gracias a un proceso de pasteurización, centrifugación y sedimentación en frío, se obtiene. Tiene gran cantidad de vitaminas A, D y E, y diversas proteínas y minerales como calcio, fósforo, sodio, etc.
La mantequilla tiene su propio sabor y un color natural. Este alimento es muy alto en calorías, 750 calorías por cada 100 gramos, contiene un 80% de grasas saturadas lo que provoca que el colesterol se acumule en las arterias.
Esto hace que los nutricionistas prohiban el consumo de mantequilla en personas con arterioesclerosis, hipertensión y obesidad, ya que es uno de los principales riesgos para padecer enfermedades del corazón.
La margarina se elabora con aceites vegetales líquidos a temperatura ambiente (maíz, girasol, soja o coco), éstos se someten a un proceso industrial de endurecimiento. De esta manera adquiere su consistencia sólida.
Esta grasa vegetal no aporta ninguna vitamina, sólo las tiene si son añadidas. El hecho de que una margarina imite el sabor de la mantequilla es gracias a todo tipo de aditivos artificiales, ya sean estabilizantes, antioxidantes, conservantes, etc.
La margarina posee más calorías que la mantequilla, 900 por cada 100 gramos, por lo que se recomienda consumirla en pequeñas cantidades. Su fabricación es a base de grasas vegetales insaturadas, y por ello el riesgo de producir problemas cardíacos es menor.
Pero la margarina elaborada mediante hidrogenación, (inyectando hidrógeno a sus aceites para solidificarlos) puede resultar dañina para nuestro organismo, ya que aceites vegetales insaturados son convertidos en grasas saturadas, teniendo el mismo efecto que las grasas animales de la mantequilla.
Para desgracia del consumidor, no existe legislación vigente en la cual nos indiquen qué tipo de proceso se ha utilizado para elaborar la margarina y de esta manera saber si es o no perjudicial.
No importa por cual te decantes, mantequilla o margarina. Lo más importante es equilibrar el consumo de ambos productos, es decir, no abusar de ellos.