Este tubérculo de alto valor alimenticio no se deja ver mucho por nuestro país, pero lo cierto es que en tierras latinoamericanas (también en África o Asia) llevan cultivándolo desde hace muchísimos años porque conocen bien sus propiedades, beneficios para la salud y usos en la cocina, tanto dulce como salada.
Si al final te pica la curiosidad, debes saber que no te va a resultar fácil encontrarla en tu supermercado habitual, así que te proponemos que directamente te ahorres este paso y, o bien la compres online, o vayas directamente a tu herbolario de referencia, ya que en este tipo de establecimientos sí suelen trabajar este tipo de productos.
Tapioca, el almidón de la yuca
En algunos países la conocen como mandioca, casabe o guacamota, pero al final son distintos nombres para referirse a un mismo alimento, que no es otra cosa que un almidón extraído directamente de la raíz de la yuca. Habitualmente, te la encontrarás en forma de esferas o perlas, pero si buscas a conciencia podrás encontrar tapioca en forma de harina, fécula u hojuelas.
Generalmente es de color blanco, no tiene olor y se caracteriza por un ligero sabor dulce. Su nombre viene de la lengua guaraní (la hablan 6,5 millones de personas en el Cono Sur de América). En dicho idioma, tipiog significa “fécula o carbohidrato que se extrae de la yuca”. Aunque proviene de Sudamérica, donde es considerada un alimento básico, ha ido extendiéndose con el paso de los años establecerse en algunos países de África o del continente asiático, como Tailandia o Vietnam.
Almidón de yuca, tapioca, ecológica, sin gluten y vegana - Fécula de mandioca (1 kg)
Para poder obtener la tapioca de la yuca primero tenemos que extraer el almidón del tubérculo para someterlo a un proceso artesanal que consiste en hervirlo y lavarlo para finalmente desecarlo. Es un paso fundamental para conseguir eliminar las toxinas que se encuentran de forma natural en el alimento y que son ligeramente venenosas, como el cianuro.
¿Qué tiene de beneficioso consumir tapioca?
Son muchas las propiedades de la tapioca, un alimento que se suele recomendar habitualmente a las personas celiacas porque no contiene gluten, no es grano y tampoco nuez. Además, está libre de los alérgenos más comunes.
Según un estudio de la Universidad de Newcastle, es rica en linamarina, un componente que ayuda a eliminar células cancerosas. Por otra parte, aporta minerales como el hierro, por lo que ayuda a prevenir o combatir la anemia. También destaca por su alto contenido en fibras, que ayudan a mejorar la digestión y, de paso, previenen el estreñimiento, inflamación y dolor abdominal. Y, por si todo esto fuera poco, mejora la circulación sanguínea, oxigena las células, fortalece los huesos y reduce el riesgo de osteoporosis.
Por otra parte, cabe señalar que la tapioca ya desecada no cuenta con ingredientes añadidos como grasas, azúcares, sodio o conservadores.
Cómo trabajar con la tapioca en la cocina
Gracias a su sabor neutro, la tapioca es utilizada tanto en platos dulces, como pueden ser un pudín, postres de leche o té de perlas de tapioca (bubble tea), como en elaboraciones saladas tipo sopas o salsas. Y al igual que la maicena, funciona muy bien como espesante de alimentos.
Pero lo más común si quieres tener un primer acercamiento es utilizar las perlas de tapioca y seguir tres sencillos pasos para disfrutarlas en versión más básica. Para ello tienes que calentar 1 litro de agua y, una vez esté hirviendo, agregar 1 taza de esferas de tapioca que dejarás cocinando a fuego medio hasta que se vuelvan transparentes. A partir de ahí ya puedes experimentar con ella como lo hacen en la cocina taiwanesa.
También es habitual, como se muestra en esta imagen, cocinarla hidratada a modo de crêpe y rellenarla con plátano y canela, o con otras muchas cosas que se puedan ocurrir.
Recetas con tapioca
Farofa brasileña
Ingredientes
- Harina de tapioca o mandioca sin refinar 250 g
- Mantequilla con sal 100 g
- Cebolla pelada 1 g
- Diente de ajo pelados 2
Cómo hacer farofa con harina de tapioca o mandioca
- Tiempo total 25 m
- Elaboración 5 m
- Cocción 20 m
Derretimos la mantequilla en un cazo a fuego medio alto. En cuanto funda añadimos los ajos picados finamente, dejamos cocinar 5 segundos y añadimos la cebolla, que puede estar cortada en brunoise o en juliana fina.
Dejamos cocinar a fuego medio bajo, hasta que dore y añadimos la farofa y cocinamos el conjuntos a fuego medio-alto moviendo constantemente hasta conseguir que dore la harina, aproximadamente 15-20 minutos.
Receta completa | Farofa brasileña
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