Sandía y melón: calorías, nutrientes y otras diferencias entre las frutas más consumidas del verano

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Gabriela Gottau

Editor

Entre las frutas frescas propias del verano, que solemos degustar por estas fechas, encontramos la sandía y el melón; ambas muy semejantes en varios aspectos pero de las cuales te mostramos las calorías, los nutrientes y otras diferencias que presentan.

Sandía y melón: dos frutas muy hidratantes

Ambas frutas poseen un alto contenido acuoso y por lo tanto favorecen la hidratación, encontrando su mejor época de producción y consumo por estos meses del año.

En forma y aspecto también encontramos muchas similitudes. Sin embargo, revelamos las mayores diferencias entre estas dos frutas estrellas del verano:

Sandía: muy reducida en calorías

Si hablamos de aporte energético, la sandía ofrece rededor de 28 Kcal por cada 100 gramos y resulta una de las frutas con mayor contenido de agua (alrededor de 95%). Por esta razón, es una fruta muy ligera e hidratante.

Sus calorías derivan principalmente de una escasa proporción de hidratos complejos y azúcares ofreciendo una gran variedad de vitaminas y minerales que el organismo necesita; como por ejemplo: potasio y magnesio que se comportan como electrolitos en el organismo y carotenos, vitamina A y vitamina C que tienen función antioxidante en nuestro cuerpo.

Destaca también el contenido vitaminas del grupo B, especialmente de ácido fólico, resultando así una fruta ligera pero con alta densidad nutritiva y saciante debido a su gran volumen y alto contenido acuoso.

Melón: más dulce y con más antioxidantes y calorías

El melón (como la sandía) también posee un alto contenido acuoso y por ello ,resulta una fruta hidratante ideal para el verano. Sin embargo, posee más calorías y una mayor proporción de azúcares naturales respecto a la sandía.

Así, esta fruta posee alrededor de 55 Kcal por cada 100 gramos y la proporción de hidratos rondan el 12%, siendo una fruta con mayor proporción de potasio que la sandía, ya que ofrece este mineral en cantidades semejantes a las del plátano.

Su contenido en vitaminas del grupo B, carotenos y vitamina A también es elevado, siendo destacable la cantidad de vitamina C que posee, muy superior a la de la sandía.

En este sentido, el melón es fuente de una gran proporción de antioxidantes para el organismo y puede ayudarnos a calmar las ansias de dulce con facilidad, en mayor medida que la sandía.

Su densidad es superior debido en gran parte a que su porcentaje de agua es inferior al de la sandía (alrededor del 85%). Por ello, puede brindar una textura más cremosa y demandar mayor masticación que otras frutas con contenido acuoso superior.

Calorías (Kcal) Hidratos(g) Proteínas (g) Grasas (g) Fibra (g) Potasio (mg) Magnesio(mg) Ácido fólico (ug) Vitamina A (ug)
Sandía 28,4 5,6 0,63 0,3 0,4 100 9,2 4,55 35,4
Melón 55,4 12,4 0,88 0,1 0,73 310 11,8 2,7 111,9

Sandía vs melón: ¿Cuál elegir?

Cuándo se trata de frutas frescas, ninguna opción es mejor que otra sino que en gran medida depende de los nutrientes y las necesidades particulares de nuestro organismo, siendo todas las frutas beneficiosas para la salud.

En este caso, ambas son opciones que favorecen la hidratación del organismo y que pueden ayudarnos a calmar las ansias de dulces con pocas calorías durante el verano.

No obstante, el melón es más concentrado de azucares naturales que la sandía, y ésta última resulta más ligera y con mayor porcentaje de agua en su interior.

Sin embargo, ambas frutas frescas pueden tener lugar en nuestra dieta diaria si buscamos aprovechar al máximo alimentos de temporada y nutritivos durante el verano.

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Imagen | Unsplash y Jumpstory

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