Trucos para lograr una nata montada estable

Esther Clemente

Colaborador

Soy una chica coruñesa, veterinaria de profesión y que por circunstancias de la vida acabé viviendo en Asturias donde llevo ya una buena temporada. Cuando me preguntan por qué me gusta tanto cocinar, siempre respondo lo mismo: "¡Por qué mi madre odia meterse en la cocina!".

Llega el veranito y con él el calor, que claro, está muy bien para la playa pero no para la repostería. Y es que no hay nada más frustrante que preparar con todo nuestro esmero un pastel de nata y que al cabo de unas horas todos aquellos dibujos que tan bien habíamos realizado con nuestra manga pastelera se hayan venido abajo. Y es que la nata montada se forma añadiendo aire a la crema de leche, pero esta tiende a derrumbarse y separarse por un lado en su fracción grasa y por el otro lado en su fracción líquida, con el consiguiente encharcamiento del postre decorado con ella.

Por eso es importante estabilizar de alguna manera nuestra nata montada y sobre todo ahora con el calor. Y este proceso consiste solamente en añadirle algún ingrediente con el fin de ayudarle a mantener su rigidez y su forma durante más tiempo, tanto cuando simplemente se coloca encima de nuestros postres como cuando necesitamos hacer decoraciones con ella. Hay maneras sencillas de conseguir una nata montada más firme, de ahí que os traigo estos sencillos consejos para lograrlo.

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Sobres estabilizadores

Sería la opción más rápida, pero algunas veces son difíciles de encontrar en nuestros supermercados habituales. Suelen venderlos en cadenas de alimentación alemanas. Se trata de unos polvos de aspecto parecido a la levadura química, los cuales normalmente se añaden antes de montar la nata, a una proporción de un sobre por cada 250 mililitros. Pero como dependiendo de donde vivas puedes hacerte con ellos o no, siempre está bien tener otros recursos a mano con productos más sencillos que solemos tener en nuestra despensa.

Harina de maíz o Maicena

El almidón de la maicena ayuda a estabilizar la nata. Para ello añadiremos una cucharada de harina de maíz por cada medio litro de nata. Antes de añadirla tendremos la precaución de batir la nata hasta que comience a formar picos. Entonces disolver la maicena en una cucharada sopera de leche y añadirla a medida que seguimos batiendo hasta que esté totalmente montada. Cambia el sabor ligeramente de la nata, por ello es un recurso cuando pensábamos añadirle alguna esencia como vainilla o limón.

Azúcar glas de confitería

El azúcar glas industrial o de confitería lleva una pequeña proporción de almidón para evitar su apelmazamiento. En este caso es interesante, pues ayuda a estabilizar la nata como habíamos comentado en la harina de maíz. Para ello, sustituir el azúcar granulado que añadimos habitualmente para endulzar nuestra nata por azúcar glas de confitería. Suele haberlo en envases de pequeñas cantidades en cualquier supermercado o también en los almacenes de productos de repostería donde ya lo venden a granel.

Gelatina en polvo

Es quizás después de los sobres estabilizantes el método más usado a nivel casero. Para ponerlo en práctica necesitamos gelatina en polvo neutra. Por cada 250 mililitros de nata vamos a usar una cucharadita de la gelatina. Para ello espolvorearla en un bol en él que tengamos una cucharada de agua fría, dejar reposar unos cinco minutos hasta que la gelatina se hidrate y se disuelva. Calentarla en el microondas a potencia máxima durante diez segundos y dejarla enfriar hasta que llegue a una temperatura de unos treinta y seis grados.

Mientras, batir la nata hasta que forme picos suaves e ir añadiéndole la gelatina derretida, terminar de batir hasta que la tengamos bien montada. Es conveniente no dejar enfriar de todo la gelatina pues nos quedaría como una lámina plástica dentro de la nata. La temperatura ideal es la que os he comentado antes, aproximadamente como la corporal.

Leche en polvo

Otro recurso a usar como estabilizante y que suele ser fácil de tener en casa sería la leche en polvo desnatada. Para ello añadir dos cucharaditas de leche en polvo desnatada por cada medio litro de nata que queramos montar, como siempre seguir batiendo hasta que forme picos y queden las marcas de las varillas en su superficie.

Nubes o malvaviscos

Simplemente calentando una nube, de esas de las que toman los niños como chuchería, durante cinco segundos en el microondas y añadiéndosela a la nata cuando empiece a formar picos, también obtenemos un estabilizante rápido para mantener nuestra crema firme. Eso sí, debemos de tener en cuenta que le aporta un cierto sabor más dulzón y que habría que disminuir la cantidad de azúcar que le añadamos al batir.

Queso mascarpone

Si por cada medio litro de nata añadimos 125 gramos de queso mascarpone, también logramos una nata más firme y que aguante mejor las decoraciones en nuestro pastel. Pero el aporte de calorías que ya de por si es grande en la nata, aumenta mucho al añadirle este queso extra graso, sin embargo la nata adquiere una textura muy sabrosa.

Hasta aquí los consejos para lograr una nata montada más firme. De todas maneras debéis de tener en cuenta antes de empezar y, sea el método que sea que uséis como estabilizante, dos detalles muy importantes. Es necesario fijarse que la nata que compréis para montar tenga un porcentaje de grasa superior o igual al 35,1%. Hay muchas marcas que solo llevan el 35% y esa pequeña diferencia ya va a implicar el obtener un resultado satisfactorio o no cuando montemos la crema.

Por otra parte, todos los utensilios que uséis para montar la nata, ya sea el bol como el brazo de varillas de la batidora deben de estar bien fríos. Para ello es recomendable colocarlos quince minutos antes del batido en el congelador y así asegurarnos que en el rato que estemos trabajando no se va a recalentar la crema.

Espero que probéis los distintos métodos y logréis encontrar el que mejor se ajuste a vuestra forma de trabajar en repostería.

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