Cada cuánto tienes que lavar las botellas de agua reutilizables

La sostenibilidad del planeta agradece cada uno de los buenos gestos que la humanidad con conciencia ecológica hace, como el uso de botellas de agua reutilizables en casa, en la universidad, en la oficina o en la escuela. Sin embargo, no hay que olvidar que este gesto debe ir siempre acompañado de una higiene constante para que esta buena voluntad no se convierta en un pozo de bacterias dañino para la salud.

Con la extensión de este tipo de botellas en todos los ámbitos, en el mercado hay disponibles botellas de diversos materiales: cristal, acero inoxidable y metal que, en todos los casos, deben someterse a lavados constantes, especialmente porque se trata de un recipiente en el que, al ser de uso individual, se suele beber a morro.

El hecho de beber directamente de estas botellas implica un intercambio de bacterias con el líquido y las superficies de esta, en el que las bacterias viven y se reproducen cómodamente gracias a las condiciones propicias de humedad. de modo que resulta super importante adoptar medidas de higiene con mucha frecuencia, más de la que la mayoría creen o aplican.

Lo cierto es que la necesidad de limpiar estas botellas debe ser constante. En este sentido, los expertos recomiendan hacerlo con frecuencia. Esto significa  que lo óptimo es aplicar un lavado diario y una desinfección semanal.

Según constata un estudio  del laboratorio EmLab P&K, las botellas de agua reutilizables de los deportistas acumulan casi 313.499 unidades formadoras de colonias (UFC) por centímetro cuadrado. Basándose en el análisis de 12 modelos de botellas, el estudio concluye que beber de envases promedio puede ser “peor que lamer el juguete de tu perro”.

Según el estudio, el acero inoxidable “es una mejor opción que el plástico”. Aparte, las botellas de agua sin lugares de difícil acceso también tienen menos probabilidades de albergar gérmenes. Por ejemplo, hay que descartar las que tienen la tapa deslizable o no extraíble.

Otro consejo es que no debe dejarse la botella medio llena de agua en la mochila, en la oficina o en la bolsa del gimnasio mientras no se está usando. “En su lugar, hay que asegurarse de pasarla por el lavavajillas o el lavabo o limpiarla a mano después de cada uso”, añaden los autores de este informe.

Siempre agua caliente

El agua caliente es una de las mejores soluciones contra estos destellos de vida en las botellas de agua, ya que las altas temperaturas se hacen incompatibles con la vida de los microorganismos más habituales. Meterlas en el lavavajillas es una gran opción para conseguir esas temperaturas elevadas que también pueden obtenerse bajo el chorro del grifo con un poco de paciencia.

Aparte de este recurso, es aconsejable lavar estas botellas con agua y jabón de la mano de un cepillo, como los que se usan para limpiar los biberones, y que se venden en la sección de puericultura de cualquier supermercado.

En vez de jabón para limpiar los platos y en aras a evitar que el agua adopte cierto sabor si no se escurre bien, también se puede usar vinagre blanco y bicarbonato. Hay que decir, sin embargo, que es difícil que suceda esto porque las botellas suelen estar hechas de materiales no porosos.

Ahora bien, los productos industriales con aromas y los jabones para limpiar los platos, aparte de tener en algunos casos disruptores endocrinos, si no se escurren bien gracias a su potencia pueden dejar olores en el líquido del que después se rellene la botella.

La importancia del secado

Tan importante es lavar bien la botella como dejarla secar bien para evitar que el agua restante sea el caldo de cultivo de mohos en su interior que sean perjudiciales para la salud.

Una buena solución es secarla a mano con la ayuda de un paño limpio, o bien dejarla el tiempo suficiente destapada como para que la evaporación haga su magia.

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Fotos | Cottonbro studio/Pexels, Element5 Digital/Pexels y Dr.Browns.