Con capacidad para más de 6.000 pasajeros y una tripulación de casi 2.000 personas, el Costa Smeralda, considerado el quinto crucero más grande del mundo, impresiona nada más entrever su figura en el puerto.
Esta ciudad flotante, la más avanzada de Costa Cruceros, cuenta con varias docenas de bares y restaurantes para todos los gustos, algo que no sorprende dada la dimensión del buque. Pero lo que nadie se espera es encontrar un restaurante de alta cocina, cuyo interior nada tiene que envidiar a algunos de los mejores espacios gastronómicos del mundo.
Presentado, junto a los platos de destino, a comienzos de octubre, Archipiélago es toda una experiencia gastronómica que comienza ya en la cabina de cada comensal, en la que encontramos una invitación a la cena que, a través de un código QR, nos presenta el proyecto: el único restaurante del mundo que permite disfrutar en un mismo lugar de las creaciones de tres chefs con estrellas Michelin.
Bruno Barbieri, Hélène Darroze y Ángel León, con 13 estrellas Michelin entre los tres, ofrecen su interpretación de los sabores, colores e ingredientes típicos de los lugares que estás visitando en tres menús diferentes que incluyen cinco platos cada uno.
Pero, ¿cómo es una comida en Archipiélago? Esto es lo que pudimos disfrutar en nuestra primera cena (de lujo) a bordo de un crucero.
Un interiorismo que quita el hipo
Nada más traspasar la puerta que separa Archipiélago del resto del barco sabes que estás en un sitio diferente. El restaurante es un "nido de diseño", un ambiente íntimo, con una luz tenue, muy acogedora, que te hace sentir en el mejor de los comedores. Nada parece indicar que te encuentras en medio del Mediterráneo, a decenas de millas de la costa.
Para una experiencia más íntima, Archipiélago cuenta con mesas "islas", decoradas con maderas flotantes arrastradas por la costa y moldeadas por las olas del mar. Obras únicas, talladas por la propia naturaleza, que Costa Crociere Foundation ha recogido en su labor de limpieza de playas. Entrelazadas con barras de metal, que simulan las redes de pesca, es difícil imaginar que se puede comer en un crucero rodeado de obras de arte.
Un servicio de categoría
El servicio de Archipiélago es aún más individualizado que el que uno encuentra en un crucero. El espacio cuenta con solo una decena de mesas, que son atendidas por los mejores camareros con los que cuenta el barco. Hay maitre, sumiller y una completa bodega, con más de 30 referencias de nivel.
La vajilla es distinta para cada uno de los tres menús disponibles, y ha sido escogida por los chefs para adaptarse lo mejor posible a su cocina. Durante toda la comida, se nos ofrecen diversos tipos de panes, y la copa nunca está vacía.
Un menú inolvidable
Los menús de Archipiélago están diseñados para conocer las especialidades locales de los países de destino. Barbieri, Darroze y León han diseñado sendos menús para cada uno de los trayectos de los cruceros Costa.
En nuestra cena pudimos probar el menú para el Mediterráneo Occidental diseñado por Ángel León. Conocido como "el Chef del Mar", León no ha querido perder la oportunidad de reivindicar el plancton como uno de sus ingredientes estrella.
Así el menú que ha creado para el restaurante Archipiélago, de momento únicamente en el Costa Smeralda pero que se irá incorporando a la oferta de otros cruceros de la flota, está formado por cinco platos llenos de sabor: rollo de plancton y jamón marino; royal de erizo de mar, con una salsa holandesa de plancton y una créme fraîche de cítricos; su famoso arroz cremoso de plancton, con sepia y arroz inflado; ravioli de calamar rellenos de mar, crema de patata y calamar; y de postre, espuma de leche con galletas. Platos de un intenso sabor marino, que solo pueden salir de la cabeza del chef que ha revolucionado la cocina del litoral.
Los platos de los otros dos cocineros no se quedan a la zaga, con exquisiteces como una ensalada de bogavante o un vol-au-vent con langostinos. Platos de alta cocina, que uno no espera encontrar en un crucero, ejecutados a la perfección por tres de los mejores chefs del mundo.
Productos únicos para recetas únicas
A la hora de diseñar los platos, los tres cocineros no han escatimado a la hora de escoger algunos de los productos más representativos de su cocina.
En el menú de Ángel León pudimos probar su jamón de mar, elaborado con atún rojo de almadraba, una delicatessen que se está sirviendo en el menú de esta temporada de Aponiente –su restaurante de tres estrellas Michelin–.
Como hemos comentado, en todos los platos encontramos la presencia de uno de sus productos, el plancton, que cultiva en las inmediaciones de su restaurante del Puerto de Santa María (Cádiz) y que confiere a los platos un intenso sabor yodado, que te traslada inmediatamente al mar (sobre el que, recordemos, estamos cenando).
Cada chef tiene un producto especial que destaca por fomentar la sostenibilidad en el entorno. Barbieri apuesta por la cebolla tropea, una variedad con Indicación Geográfica Protegida, que se cultiva en Calabria. Darroze por la passito di Pantelleria, un tipo de uva Moscatel que solo se cultiva en la isla de Pantelleria, al suroeste de Sicilia, con la que se elabora un vino dulce ideal para cocinar.
Una experiencia solidaria y sostenible
Además de disfrutar de una experiencia gastronómica difícil de imaginar en alta mar, Archipiélago sirve como escaparate de la apuesta que Costa Cruceros está realizando por la promoción de un turismo sostenible.
Los materiales en que se ha fabricado el restaurante han sido investigados y creados para ser sostenibles, ecológicos y reciclables: están elaborados con materias primas que no explotan los recursos naturales. Todo ello sin prejuicio de crear un ambiente que no tiene que envidiar al de los mejores restaurantes de estrella Michelin.
Además, cinco euros de cada comida van destinados a la Costa Crociere Foundation para la financiación, entre otras de sus obras sociales, del proyecto Guardianes de la Costa. Mediante este proyecto, la fundación, en colaboración con las comunidades locales, procede a la limpieza de playas. Playas de las que se han extraído las maderas de deriva que decoran el restaurante, cerrando así el círculo de la sostenibilidad tan necesario hoy en día.
Imágenes: Costa Cruceros