Nuestras abuelas no lo saben, pero cuando llenan la mesa de Navidad de incontables y deliciosos aperitivos, han preparado un Julbord. Si tenemos muchos invitados a cenar o comer durante estas fiestas, podemos copiar esta costumbre nórdica y ofrecer un buffet al estilo sueco. Así podremos dejar todo listo con antelación y disfrutar del momento.
Una tradición exquisita
El origen del Julbord, que significa “mesa de Navidad”, se remonta a la Edad Media. Durante las fiestas de Navidad, se compartía la comida con las personas más desfavorecidas. Además, las sobras se dejaban fuera de las casas de noche para apaciguar a seres mitológicos como los trolls.
El buffet se compone de platos fríos, platos calientes y postres. Como entrantes fríos se combinan generosas cantidades de arenques en escabeche, salmón, paté y terrinas de hígado, ensaladas de remolacha roja y de apio, manzana y nueces, huevos cocidos con gambas, ensalada de cangrejo y anguila ahumada.
El salmón se sirve ahumado, en paté, curado en ginebra o el cada vez más popular gravadlax, ahumado con eneldo, que se acompaña de la deliciosa mostaza de eneldo. El arenque, está presente en todas las celebraciones, servido con diferentes salsas, junto a las verduras de temporada, el repollo y la remolacha roja, muy apreciada en ensalada, mezclada con arenques y crema batida.
Una decoración navideña al estilo sueco
Tan imprescindibles como el salmón y los arenques son las velas y las decoraciones navideñas. En una sola casa pueden encender hasta 50 velas. A los nórdicos, en general, les gusta que sus ventanas, sean escaparates de sus hogares. Decoran las repisas interiores con plantas, arañas y adornos con el fin de ofrecer una bucólica estampa al espectador que mire desde fuera.
En estas festividades, las velas con detalles dorados o de cristal, o esculpidas con formas de abetos o animales, y las tiras de luces led, son el contrapunto luminoso de las tradicionales coronas de Adviento.
Cerdo y pescado, platos fuertes del Julbord
Desde finales del siglo XIX, el julskinka, o jamón navideño, es el plato principal del Julbord. El cerdo, es el protagonista en todas sus formas de este banquete, desde las costillas hasta salchichas cocidas o, por supuesto, las albóndigas con salsa de arándanos rojos.
Es tan popular en estas fiestas que a él se debe que la Nochebuena sea conocida como “dopparedagen”, que podríamos traducir libremente como “día de toma pan y moja”, pues era costumbre durante los días anteriores mojar el pan duro en el caldo en el que se cocinaba el cerdo con las verduras.
En los días previos a la Navidad, uno de los alimentos principales era el lutfisk, un pescado seco gelatinoso parecido al bacalao salado que consumimos en España. Se desala e hidrata durante días para consumirlo en el Julbord pasado por la sartén y untado en mantequilla, salsa o mostaza.
También podemos sustituirlo por una de las recetas favoritas de los suecos: el Janssons frestelse (La tentación de Jannsons). Consiste en una fuente o cazuela de patatas y cebollas cortadas en juliana y asadas al horno con filetes de anchoas y nata.
Diferentes estilos para decorar la mesa
Para que el buffet sea especial, la decoración de la mesa también ha de serlo. Un centro de mesa de flores o repartir piñas, coronas y elementos vegetales sobre el mantel, consigue esa mezcla de rusticidad y elegancia sencilla tan nórdica.
Otra buena idea es colocar bulbos en pequeños vasos, tarros o incluso tazas de té. Aportan el toque natural para ambientar el buffet sueco y no ocupan espacio.
El detalle decorativo más chic lo ponen las pequeñas piezas en plata o dorado con forma de insectos. Si preferimos un toque más sutil, podemos optar por platos, servilleteros, cubiertos y copas con motivos florales o de hojas.
Y para los más atrevidos, la tendencia este año es utilizar tejidos en cuadros escoceses, preferiblemente en los tonos navideños de rojo y verde. La mejor forma de combinar manteles y servilletas es optar por mezclar vajillas en tonos fuertes con cubiertos, fuentes y cuencos de madera.
Postres y vino dulce en un ambiente acogedor
Una bienvenida a la sueca incluye un vaso de vino dulce caliente especiado glögg o, si se prefiere algo más fuerte y menos dulce, un poco de AKVAVIT. Este aguardiente de alcaravea, anís e hinojo, de 40 grados, debe servirse muy frío para entrar en calor. También puede ayudar como digestivo tras el copioso buffet, que los suecos culminan con diferentes tipos de pudding de arroz, aromatizados con canela o azafrán.
El buffet de postres se completa con tartas de pera y anís estrellado y de nueces e higos al brandy, trufas de azafrán y chocolate blanco, arándanos bañados en chocolate, quesos con pan de centeno y las tradicionales galletas de jengibre en forma de animales, casas o muñecos de nieve.
Es el momento de sentarse en los sofás y dejarse adormecer al calor de la buena compañía y del ambiente acogedor que podemos crear con tejidos cálidos, luces tenues y detalles decorativos como unos cojines y mantas de terciopelo para el sofá. Con este buffet tradicional sueco, nadie querrá irse.
Imágenes / IKEA
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