Siete ideas preconcebidas sobre los lácteos que conviene revisar

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La leche ha acompañado al ser humano desde que nuestros antepasados comenzaron a practicar la ganadería hace miles de años. Hoy sigue siendo un alimento básico para todas las edades, nutricionalmente completo y muy versátil, pues con la leche obtenemos una gran variedad de productos, como los quesos o los populares yogures, en toda su gama de sabores.

¿Quién no recuerda esos desayunos de la infancia junto a un gran vaso de leche, que siempre dejaba bigotes blancos? Fría o caliente, sola, con cacao, café o té, ingrediente de recetas dulces y saladas, base de batidos y pareja inseparable de los cereales; llevamos tomando leche toda la vida. Sin embargo, la preocupación por la salud ha traído la difusión de algunos falsos mitos sobre la leche y los lácteos que pueden crear confusión.

Enmarcadas en las tendencias que apuestan por lo “healthy”, aparecen a veces corrientes que difunden creencias alarmistas fomentadas por la viralidad de las redes sociales o la mensajeria instantánea. En muchos casos no son más que ideas contradictorias sin ningún tipo de fundamento lógico, pero que pueden sembrar muchas dudas entre los consumidores preocupados por su salud, y también por el bienestar animal.

Como se señala en el 'Documento de Consenso: importancia nutricional y metabólica de la leche', publicado en Nutrición Hospitalaria, “se ha evidenciado en la última década un descenso importante en su consumo en las familias españolas, que no responde a razones científicas”. Para despejar todas las dudas que rodean a la leche y productos lácteos, a continuación repasamos los principales mitos que circulan sobre su consumo, con lo que dice la ciencia al respecto.

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1. Aumenta el colesterol

Hace ya tiempo que la comunidad científica ha derribado la falsa creencia de que todas las grasas son malas porque aumentan el colesterol. Igual que pasó con el huevo, hoy sabemos que las grasas o lípidos también forman parte de una dieta saludable y equilibrada y son imprescindibles para la salud de todas las edades.

Además, recientes estudios apuntan a que la leche, incluso en su versión entera, no perjudica la salud ni aumenta el riesgo cardiovascular. Como recoge la OCU, no hay evidencias científicas que indiquen que una persona con el colesterol alto deba dejar los lácteos. Y una gran ventaja que tenemos en la actualidad es la disponibilidad de una gran variedad de leches y lácteos con distintos porcentajes de grasa, como la gama de leche fresca de pastoreo Milbona de Lidl, para elegir la que mejor se adapte a nuestras necesidades.

2. Produce inflamación y mucosidad

Es un mito muy extendido que seguro todos hemos escuchado alguna vez; ¿es posible que la leche produzca mocos? Se trata de una pregunta a la que se enfrentan muchos profesionales sanitarios, sobre todo pediatras y médicos de Atención Primaria. Un estudio del departamento de medicina comunitaria de la Universidad de Adelaida en Australia lo desmiente.

A esta falsa creencia se asocia también la idea de que produce, en consecuencia, inflamación, pero tampoco tiene ningún sustento. La leche solo podría causar hinchazón o malestar digestivo en las personas con intolerancia a la lactosa, en cuyo caso la alternativa es muy sencilla. En la actualidad existe una amplia gama de productos sin lactosa, como los que encontramos en Lidl.

3. Tiene antibióticos

La creciente preocupación de la sociedad por la protección del planeta y la defensa del bienestar animal ha extendido el mito de que los lácteos contienen antibióticos y hormonas. Sin embargo, está prohibido comercializar alimentos con residuos de medicamentos y tampoco se permite administrar sustancias a los animales para estimular su crecimiento o productividad.

Actualmente está prohibido en la Unión Europea usar hormonas en los animales destinados al consumo, salvo para propósitos terapéuticos y estricto control veterinario. Además, tanto la carne como la leche -y todos los productos ganaderos para consumo- se someten a estrictos controles sanitarios para certificar que no contienen sustancias no permitidas.

Si nos preocupan los animales y queremos tener la confianza de que la leche que consumimos procede de vacas criadas conforme a los estándares de bienestar animal, podemos apostar por productos como Bífidus Milbona de Lidl, el primer supermercado de nuestro país en ofrecer leche fresca 100% de pastoreo y con certificación de bienestar animal.

4. Engorda porque tiene grasa y azúcares

Ya hemos desmentido el mito de que la leche produce colesterol, por tanto parece evidente que el contenido de grasa de leche no solo no es perjudicial, sino que puede ser muy beneficioso por su riqueza nutritiva. Como recoge el documento 'El valor de la leche' de la Fundación Española de Nutrición, la grasa de la dieta representa una fuente energética fundamental para el ser humano, y su consumo es muy necesario para el organismo.

La grasa de la leche no es elevada y no está demostrado que sea un factor de obesidad. Por ejemplo, un estudio de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense concluye que “las personas con peso corporal normal tuvieron mayores ingestas de productos lácteos en comparación con las personas con sobrepeso y obesas”.

La leche y los lácteos naturales como el yogur no contienen azúcares añadidos, solo el azúcar naturalmente presente en los alimentos, como pasa con la fruta, cuyo consumo sí es saludable y necesario en el día a día de cualquier alimentación equilibrada. Además podemos elegir productos desnatados con 0% materia grasa edulcorados sin azúcar, como los yogures Bífidus Milbona de Lidl.

5. Solo debería tomarse en la infancia

La postura de que el ser humano es el único ser vivo que sigue tomando leche después de la infancia es una frase muy viralizada, pero que se cae por su propio peso. Como bien desmonta el nutricionista Juan Revenga, los humanos somos el resultado de miles de años de evolución en los que hemos sido capaces de dominar la ganadería y la agricultura, aprovechando los recursos naturales para nuestro beneficio. También somos el único animal que cultiva verduras o cocina.

El poder acceder a la leche permitió al ser humano beneficiarse de su riqueza nutricional para su desarrollo evolutivo, adaptándola poco a poco a su dieta habitual también de adulto. De hecho, para muchas familias humildes era un tesoro tener una vaca o cabra, pues su leche era una fuente segura de nutrientes de gran calidad, y también la materia prima para elaborar quesos, yogur y otros productos lácteos.

6. Toda la leche se obtiene de la misma manera

Gracias a la inversión en investigación y desarrollo, hoy podemos acceder a una gran variedad de productos para todas las necesidades y gustos. Esto se refleja también en la gama de leches y productos lácteos como los que encontramos en el catálogo de Lidl, con novedades constantes como los innovadores yogures de verduras.

Pero esta oferta tan rica puede generar dudas: ¿existe una leche que sea “la mejor”? En realidad, no: precisamente podemos aprovechar esa variedad para escoger los productos que mejor se adapten a nuestra familia o estilo de vida, y también a las preferencias personales.

Algunas de las características que diferencian los tipos de leche vienen marcadas por el tipo de tratamiento; por ejemplo, la pasteurización de la leche fresca de pastoreo presenta propiedades nutricionales y organolépticas más parecidas a la leche recién ordeñada, y tiene más calidad y es más nutritiva que la leche UHT, conservando más cantidad y variedad de proteínas y vitaminas.

En este sentido, Lidl es la primera cadena de supermercados en España que tiene el 100% de su leche fresca con doble certificado: de pastoreo y de bienestar familiar. Mientras que el primero garantiza que el ganado pasta de forma regular al aire libre y se alimenta mayoritariamente de forraje natural, el sello de bienestar animal de AENOR, basado en los estándares de Welfare Quality, asegura su buena alimentación, alojamiento, salud y un comportamiento apropiado.

7. Causa alergias e intolerancias

Finalmente, una creencia también muy extendida motivada por la cada vez mayor preocupación en la relación de nuestra dieta con la salud. ¿Podría el consumo de lácteos producir una alergia o intolerancia alimentaria?

La respuesta de la comunidad científica es clara: no. Tanto las intolerancias como las alergias pueden aparecer de forma espontánea en cualquier etapa de la vida, pero no las causan directamente los alimentos. La alergia a la leche, más concretamente a las proteínas de la leche de vaca, es poco frecuente y suele aparecer más en niños, que en muchos casos adquieren tolerancia también espontáneamente cuando son más mayores.

La intolerancia a la lactosa es la incapacidad de digerir correctamente y sin molestias el azúcar natural de la leche, la lactosa. Es más frecuente en adultos porque se pierde la capacidad de producir lactasa, una enzima natural del sistema digestivo que se encarga de procesar esos azúcares. Hay distintos grados de intolerancia y muchas personas pueden tomar sin molestias pequeñas cantidades de lácteos, o simplemente disfrutar de la gama de productos sin lactosa.

El yogur es un alimento que se suele tolerar muy bien al contener menor cantidad de lactosa. Además, es un probiótico que cuida la microbiota intestinal, mejora la digestibilidad de los alimentos y puede ayudar a prevenir las molestias digestivas.

La leche y los derivados lácteos como el yogur han supuesto, en palabras de la Fundación Española de Nutrición, un gran avance en la nutrición humana, especialmente desde el punto de vista de seguridad alimentaria, y por eso las principales recomendaciones de consumo de alimentos, como la pirámide nutricional, establecen su inclusión en una dieta variada y saludable.

Lácteos al gusto de todos que se adaptan a tu estilo de vida

Desmontados los falsos mitos que circulan sobre su consumo, podemos confiar con total seguridad en el gran abanico de productos lácteos al que podemos acceder hoy en día, con un surtido tan variado como el que nos ofrece Lidl a través de su marca Milbona como el que nos ofrece Lidl a través de su marca Milbona, con opciones para todas las necesidades y estilos de vida, en todas las etapas de la vida.

Además de los yogures más clásicos, podemos disfrutar de las opciones más saludables como la gama Bífidus, que ayudan a la flora intestinal y reducen las molestias digestivas debido a su alto contenido en bifidobacterium. Descubre todo el sabor del Yogur Bífidus de Vainilla elaborado con 100% vainilla natural (comprobado por la Universidade de Vigo, según estudio realizado a 12 de diciembre de 2018).

Si buscáis potenciar el consumo de productos vegetales, atreveos a probar los innovadores yogures de fruta y verdura, una forma muy original de disfrutar de los yogures Milbona con todos los beneficios de las verduras en una gama de sabores sorprendente. O los postres vegetales elaborados con bebida de coco, aptos para vegetarianos y veganos, una deliciosa alternativa al alcance de todos.

Recordad también que el consumo de lácteos puede ser sostenible y compatible con la protección de los animales. Lidl es el primer supermercado de nuestro país en ofrecer el 100% de su leche fresca con doble certificado, de pastoreo y bienestar animal. De esta forma contribuye al desarrollo sostenible del sector lácteo español y a alargar la vida de las vacas, además de ofrecer una leche mucho más nutritiva y sabrosa para el consumidor.

Fotos | iStock.com/ValentynVolkov - grafvision - Sasiistock - Pixabay - Unsplash

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