Leo con asombro hasta qué punto las nuevas tecnologías están entrando a saco en el mundo de la gastronomía, y hasta dónde puede llegar el cuidado de un producto tan apreciado y que tanto marca la diferencia en la gastronomía patria como el jamón.
Al cerdo extremeño de pata negra le han puesto una mochilita en la que han instalado un teléfono móvil con GPRS y un GPS para poder controlar lo que comen, lo que se mueven y hasta cómo su funciona su corazón, y de ahí sacar la información necesaria para controlar la productividad del animal y la fiabilidad del producto, información esta que llega vía Internet en tiempo real. Todo ha sido diseñado con detalle: desde el peso de la mochila hasta el agarre a las patas, el cual debe ser el correcto para no dañar las maravillosas extremidades del cerdo.El precio de cada mochilita ronda los 200 euros.
No sólo debe servir para mejorar el producto final, sino que es un buen ejemplo de que la técnica y la creatividad al servicio de un producto determinado no ha de estar reñida con la calidad ni con el método artesano tradicional. Una buena noticia que denota, al menos, interés por parte del productor extremeño de cedo ibérico en mejorar o en, al menos, mantener la inigualable calidad del cerdo ibérico español
Además, esta experiencia con el cerdo puede ser extrapolable al ser humano, concretamente a personas mayores o con problemas de salud, que podrían verse beneficiadas de estas nuevas técnicas. Qué más se puede pedir...
Vía l El Mundo
