El otro día, mi compañera Liliana nos explicaba por qué la comida azul nos resulta tan poco atractiva. Es algo que sin duda se pone de manifiesto en esta serie de comida arcoíris de Henry Hargreaves. Un ejercicio cromático visualmente bello, pero que no siempre invita a darle un mordisco.
La más llamativa de la serie es la hamburguesa arcoíris, en la que no solo contrastan los colores, sino que resulta chocante encontrar cosas como bacon verde o queso o carne azul. Aunque usara colorantes alimentarios, estoy seguro de que no muchos querríais tenerla como comida.
Más atractivas son las tortitas, quizás porque parece menos extraño encontrar repostería de colores, pero sin duda lo que más suculento resulta a nuestras papilas gustativas, es el helado de siete bolas de colores.
Por otro lado, los tallarines de colores me resultan extrañamente artificiales, como si estuvieran hechos de plastilina en vez de pasta, y eso que no estamos desacostumbrados a encontrar pastas de colores para ensalada, aunque no de colores tan brillantes. Es que el violeta es mucho violeta.
Quizás hubiera sido más interesante esta serie de comida arcoíris si el artista hubiera tratado de realizarla utilizando alimentos reales —con el azul lo tendría difícil— pero aún así, un ejercicio curioso y digno de observar.
Y vosotros ¿Os comeríais algo de esta comida arcoíris?
Más información | Henry Hargreaves
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