¿Que os parecería si la gastronomía fuera una asignatura en el cole? Estamos en pleno comienzo del nuevo curso, los estudiantes estrenan libros, material y, muchas veces, materias que van a ver por primera vez. Matemáticas, lengua o ciencias son disciplinas que tradicionalmente han formado parte de los planes de estudios ¿Es hora de darles la vuelta e incluir otras materias?
Está claro que nuestra sociedad ha cambiado y eso influye en la enseñanza. Muchas de las asignaturas que estudiamos en nuestra época escolar hoy en día se explican de otro modo y se apoyan en recursos tecnológicos con los que nosotros no contábamos, pero puede que no baste con eso. Tanto si sois padres como si no, cabe que nos planteemos si otras ramas, como la gastronomía, deberían explicarse en el colegio.
Vivimos en una sociedad en la que prima el cuidado al cuerpo y, sin embargo, se da la curiosa paradoja de que aumenta el porcentaje de personas obesas, porcentaje que llega a cifras alarmante cuando hace referencia a los más pequeños, si tenemos en cuenta que, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos uno de cada diez niños españoles tiene exceso de peso ¿Qué estamos haciendo mal? ¿No sabemos comer?
Obesidad infantil ¿un problema a nivel mundial?
Personajes famosos como Michelle Obama o el chef Jamie Oliver, han llamado la atención sobre este problema que va en aumento, no solo en nuestro país. El mediático chef británico instauró hace unos años el 15 de mayo como el Food Revolution Day, el Día Mundial de la Revolución de los alimentos, precisamente para que todos tomemos conciencia de la necesidad de tomar alimentos frescos, locales y de temporada.
Según Oliver, la mejor forma de atajar el alarmante porcentaje de obesidad infantil es enseñando a los niños a cocinar y a comer, es decir que sean capaces de tomar decisiones acertadas en su alimentación. ¿No os parece que para adoptar tan acertada filosofía sería necesario que ello se estudiase como materia en los colegios?
Estados Unidos es uno de los países en los que este problema es más relevante, por eso en febrero de 2010 la Primera Dama creó Let´s Move un programa que pretende encaminar a los niños hacia un futuro saludable, sobretodo durante los primeros meses y años de vida, dando información útil a los padres, fomentando entornos que beneficien una vida más sana, ofrecidendo comidas más saludables en las escuelas, asegurando que todas las familias tengan acceso a comidas saludables a bajo precio y contribuyendo a que los niños hagan más actividad física.
En España, la Agencia española de Consumo, Seguridad alimentaria y Nutrición AECOSAN es el organismo estatal que se encarga de desarrollar, desde 2005, la estrategia NAOS (Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad), para fomentar la alimentación saludable y la actividad física desde la infancia.
Se trata de un trabajo arduo, a ver quién es tan inocente para creer que un niño va a cambiar sin protestar un paquete de deliciosas galletas de chocolate por un plátano o una manzana ¿Lo habéis intentado alguna vez? Yo sí, y os aseguro que es una labor que requiere una paciencia infinita y mucho poder de persuasión.
Por eso, sería mucho mejor no tener que reeducar sino enseñar a los pequeños desde la edad más temprana a comer bien. Se trata de un esfuerzo colectivo, de padres, profesores e incluso autoridades, por ejemplo promoviendo la actividad física creando rutas peatonales o carriles para bicis.
Gastronomía como asignatura escolar
Seamos realistas, no se trata de formar chefs ni de que los niños aprendan a realizar complicadas recetas, sino de enseñarles desde la más tierna infancia cómo afecta lo que comemos a nuestra salud. Sinceramente, veo difícil que la gastronomía llegue al mismo nivel que materias como las matemáticas o la literatura, pero sería interesante encontrar un punto medio.
Es muy triste pensar que hay niños que no saben cómo crece un tomate o qué sabor tiene el calabacín, que preparar una cena es mucho más que pedir una pizza a domicilio y que se puede comer sin añadir kétchup a todos los platos. No, no soy una exagerada, hablo de casos reales que conozco.
Las 7 razones fundamentales para incluir la gastronomía en los colegios
Se desarrolla la creatividad y, al entrar en contacto con los alimentos, los niños son más proclives a probar lo que han hecho. Esto les abre la mente y el paladar.
Se trabaja el sistema psico-motriz y la coordinación.
Los niños consolidan sus conocimientos de matemáticas. En cocina todo son números (tiempos de cocción, cantidades de ingredientes, etc.) y se usan muchos instrumentos que se estudian en las aulas (básculas p.ej.) y unidades de medida que han visto en otras clases. Y si no las han visto porque son demasiado pequeños, pues es una gran manera de introducirlos en conceptos futuros.
Ayuda a potenciar la concentración porque cocinar supone leer una receta y entenderla antes de llevarla a cabo de principio a fin. Así que también ayuda en el desarrollo del lenguaje, además de introducir vocabulario nuevo en sus repertorios. Si se cocina en los colegios, los niños pueden desarrollar su capacidad de expresión si los profesores les piden que describan los procesos de sus recetas y las transformaciones de sus alimentos, cómo huelen, qué texturas tienen, etc.
Contribuye al desarrollo emocional. Preparar un plato y cocinarlo requiere paciencia y cuidado, una muestra del cariño que sentimos hacia aquellos para los que cocinamos. Esto, en el mundo de caca en el que vivimos ahora, me parece lo más importante. Es una manera de enseñarles que la inmediatez del entorno que nos rodea puede ser fabulosa, pero que es importante aprender a esperar.
Se aprende nutrición, cuáles son los alimentos necesarios para nuestro cuerpo y cuál se la mejor forma de combinarlos.
Por último, es ideal para que los niños aprendan lo que es la organización. Porque hasta la receta más básica necesita de ella a la hora de ponerse a cocinar y también requiere que una vez se haya usado la cocina todo vuelva a dejarse limpio y ordenado.
Si la gastronomía fuera una disciplina que formara parte de los planes de estudios, los niños podrían aprender desde cómo hacer la compra a cómo montar un menú saludable para toda la semana ¿Os imagináis un colegio con su propio huerto? Los niños podrían cultivar sus propias hortalizas y luego llevárselas a su casa para cenar.
Estoy soñando, lo sé. Estamos a años luz de que la gastronomía sea una asignatura en el cole, pero estoy segura de que algún día llegará. Mientras tanto, seguiré involucrando a mis hijos en la cocina, es la mejor forma que conozco de que se interesen por comer sano ¿Por qué no lo probáis?
Fotos | lourdesnique, mojzagrebinfo, expertinfantry, really short, OmarMedinaFilms y greenspc
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