Estamos en verano, hace mucho calor y nos apetecen cosas frescas y ligeras, como un zumo. A este modo estupendo de aportar energía a nuestro cuerpo, nutrirlo y desintoxicarlo a la vez, basado en la ingesta de frutas y verduras exprimidas se le denomina zumoterapia ¿Conoces las propiedades de los zumos de frutas y verduras?
Desde la antigüedad se han usado las propiedades de los alimentos para curar, pero son especialmente las frutas y verduras las que nos aportan las sustancias necesarias para nuestro cuerpo: vitaminas, minerales, oligoelementos y bioflavonoides. Solemos conocer estas ventajas pero la falta de tiempo nos impide ingerir las cantidades recomendadas de nutrientes, por eso los zumos son una excelente opción.
Tipos de zumos
Zumos recién exprimidos: se consumen en el acto sin que medie ningún tratamiento térmico para su conservación.
Zumos puros: se envasan sin tratamiento previo de concentración, a partir de fruta fresca con tratamiento térmico para su conservación.
Zumos 100% o zumos concentrados: se elaboran a partir de concentrado, puré o mezcla de ambos con un 100% de fruta, reconstituido con agua y aroma. Primero se extrae el agua al zumo o jugo a través de procesos térmicos.
Néctar: es el producto resultante de la adición de azúcar y agua al zumo natural, concentrado o cremogenado. El néctar es un zumo al que se ha añadido agua y azúcar o edulcorante.
Refrescos aromatizado: no tiene que llevar zumo, y tampoco utilizar ni el término zumo ni la imagen de la fruta como reclamo. Sí pueden contener una amplia gama de aromas y colorantes declarándolos en la etiqueta.
Zumos enriquecidos: son los zumos 100% enriquecidos con vitaminas, minerales u otros ingredientes que mejoren su aporte nutricional.
Cómo preparar un zumo
La calidad del zumo depende de la elección de las frutas y verduras. Lo mejor es que sean frescas, de buena calidad, maduras y, a ser posible, que estén libres de productos químicos o sean ecológicas. Hay que lavarlas bien, con agua fría y luego secarlas con un paño limpio. No conviene dejarlas en remojo mucho tiempo para que no pierdan sus propiedades.
Hay que pelar las frutas y verduras de piel dura, y las de piel fina se pueden usar sin pelar, aunque muy bien lavadas y retirando siempre las partes dañadas. Las que contengan semillas pequeñas, como el melón, la sandía o las uvas, pueden ser licuadas con la fruta excepto las manzanas y la papaya, cuyas semillas pueden contener productos tóxicos. Si tienen semillas más grandes o huesos estos deben retirarse previamente.
En general, casi todas las frutas pueden licuarse y usaremos el exprimidor sólo en aquellas que contengan gran cantidad de agua y cáscara de manera que puedan exprimirse: naranja, pomelo, mandarina o limón, por ejemplo. Si queremos licuar frutas distintas, lo mejor es dejar para el final las que tengan mayor cantidad de agua, para arrastrar los restos de las que hayamos licuado en primer lugar.
En cuanto a los utensilios necesarios para preparar zumos, son los siguientes: - Licuadora - Exprimidor - Batidora - Recipientes de vidrio o acero inoxidable - Báscula / Vasos medidores - Colador - Cuchillos y deshuesador de frutas
Cómo tomar zumos
Los zumos deben beberse lentamente para que la ptialina (enzima de las glándulas salivares) inicie adecuadamente el proceso de digestión. Además, hay que ingerirlos justo después de haberlos hecho, ya que cada segundo que la fruta está en contacto con el óxigeno y la luz, sufre una oxidación y va perdiendo sus propiedades.
Los zumos deberían formar parte de una dieta equilibrada en la que las frutas y verduras tienen que consumirse en su justa medida. Aunque estas aportan pocas calorías, que un zumo engorde dependará del tipo de fruta, de la mezcla que empleemos y de si añadimos o no azúcar o algún otro elemento para endulzar.
Fotografías | he-sk, Food Thinkers, Food Thinkers, chocolate girl 64 y Anvica En Directo al Paladar | ¿Cuánto zumo contiene cada fruta? Descúbrelo con esta serie de fotografías En Directo al Paladar | El azúcar y otros peligros ocultos de las bebidas