El pasado septiembre, RTVE estrenó una campaña, bautizada como Lo hacemos por ti, para anunciar que adelantaba la emisión de sus programas de prime time a las 22:10, al finalizar El Tiempo.
La iniciativa, que vino acompañada de un clip autopromocional e, incluso, un reportaje en el Telediario, aseguraba que la corporación iba adelantar el horario de emisión habitual de los programas principales de la noche 35 minutos “para que puedas descansar bien y tengas más tiempo para ti y los tuyos”.
En la practica esto ha supuesto que MasterChef, el programa que acostumbra a ocupar estas páginas, empiece, en efecto, media hora antes: pero sigue terminando todos los días a la 1:10 de la madrugada. Todos los días, menos cuando hay fútbol, como hoy, cuando, debido al partido de la Liga de las Naciones en el que se enfrentan España y Alemania, la emisión está prevista a las 22:35 horas (si no hay muchas faltas).
Teniendo en cuenta que Masterchef dura siempre 3 horas y 10 minutos, el programa acabará, como pronto, a la 1:45: una hora perfecta para descansar y tener más tiempo para los tuyos.
RTVE es un servicio público
Aunque vivimos en la era del streaming, lo cierto es que nunca hemos visto tanta televisión. En marzo, debido al confinamiento, España registró los mayores consumos de televisión de la historia. Según datos de Kantar Media (estos de 2019) un 70,7% de los españoles ve la televisión a diario (en total, 32 millones de personas). Y el pasado martes vieron MasterChef 2,5 millones de personas, el récord de la temporada. Televidentes que, si quieren ver lo que pasa al final de programa, tienen que permanecer despiertos bien entrada la madrugada.
Que en RTVE tengan la desfachatez de organizar una campaña de autobombo sobre la conciliación es una broma de mal gusto
Ni que decir tiene que cada cuál puede hacer en su casa lo que le venga en gana, pero habría que recordar que, en concreto, Televisión Española debe regirse por un criterio de servicio público cuyo control recae sobre las Cortes Generales. Las mismas Cortes que en 2018 aprobaron una Proposición No de Ley (PNL) que instaba a lograr “un consenso de todas las fuerzas políticas, económicas y sociales para generalizar medidas que permitan conciliar mejor la vida laboral con la personal y familiar”.
A estas alturas de la película, no vamos a pretender que una PNL sirva para algo más que para escurrir el bulto, pero que en RTVE tengan la desfachatez de organizar una campaña de autobombo sobre la conciliación cuando su programa de mayor audiencia termina, en el mejor de los casos, a la 1 de la madrugada, es una broma de mal gusto.
¿Por qué MasterChef dura tanto?
Si es imposible que el prime time comience antes (porque si se adelanta el Telediario una hora caerán sobre nosotros las diez plagas de Egipto), al menos los programas deberían ser más cortos.
Hay que recordar que MasterChef es una franquicia, original de Reino Unido, que se ha explotado en más de 40 países. Y la emisión española es, con mucha diferencia, la que más dura.
Su duración casi infinita permite hablar varias veces por emisión de la escuela Masterchef, los campamentos, los vinos, el restaurante, los libros de recetas…
Como podemos ver en la comparativa de los distintos MasterChef que Pablo Cantó realizó en Verne, en la mayoría de los países el programa dura una hora. En algunos territorios, como Italia o Portugal dura dos. España, el país en el que la emisión comienza más tarde, es el único del mundo en el que la emisión dura tres horas.
¿Qué razón hay para que MasterChef dure sin pausas publicitarias 3 horas y 10 minutos? Suponemos que meter la publicidad sin pausa.
No lo digo yo, lo dice la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia que impuso en una resolución dos multas de más de un millón de euros (1.070.765 euros) a RTVE por emitir a finales de 2017 y principios de 2018 publicidad no recogida en las excepciones de autopromociones, patrocinios culturales o deportivos previstos por la Ley de Financiación de TVE.
Esto por no hablar de la plétora de productos derivados que nos vende el programa. Su duración casi infinita permite hablar varias veces por emisión de la escuela Masterchef, los campamentos, los vinos, el restaurante, los libros de recetas… Un completo catálogo de productos que se meten con calzador en el concurso, alargándolo más de la cuenta.
Aunque las televisiones privadas también son consideradas, por ley, un servicio público esencial, es especialmente sangrante que sea TVE la que finaliza su emisión principal más entrada la madrugada. Esta noche, para cuando haya acabado Masterchef Celebrity la mayoría de las televisiones irán ya por su segunda película: solo La casa fuerte de Telecinco termina tan tarde. Que, encima, RTVE se jacte de perseguir la conciliación es un insulto a la poca inteligencia que nos queda después de ver tanta tele.
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