Javier de las Muelas es uno de los barman más reputados de la actualidad. Es, además, un exitoso empresario. Tras regentar el Cocktail bar Gimlet, adquirió una de las coctelerías más míticas de Barcelona, Dry Martini, que aparece siempre en las listas de los mejores bares del mundo. Y ha extendido el modelo a decenas de barras de todo el planeta, gracias a inteligentes alianzas con cadenas hoteleras.
Pero, si bien De las Muelas es uno de los máximos responsables del auge de la coctelería y de su vinculación con el mundo de la gastronomía –una relación en la que siempre ha insistido–, sigue teniendo claro cuál es el principal objetivo de un bar, que no es otro que “servir de ingrediente aglutinador de la vida de las personas”.
De las Muelas ha invitado a la prensa al Dry Martini del Hotel Gran Meliá Fenix de Madrid para presentar su nuevo libro Cócteles para Dummies, un volumen que, como su nombre indica, busca acercar la coctelería a las barras caseras.
Como apunta el barman, “el cóctel es una especie de liturgia que oficia el barman, su templo no puede ser otro que el bar y su altar, la barra”. Dicho esto, nade te impide convertir tu casa en un bar.
No tengan miedo a los cócteles
Los cócteles pueden parecer complejos de elaborar, pero de la Muelas insiste a Directo al Paladar que cualquiera puede hacerlos: “Lo que pretendo es aproximar al máximo toda esa forma de interpretar la coctelería de un modo asequible, dando las pautas y yendo fase por fase para que la gente adquiera seguridad”.
En realidad, asegura, los cócteles clásicos no admiten mucha inventiva, solo requieren una buena cristalería, un buen hielo –siempre de máquina–, unos alcoholes de calidad y algo de práctica. “El preparar estos cócteles clásicos determina una base para que puedas hacer cosas algo más sofisticadas”, asegura. Y te pueden quedar como en el mejor de los bares.
“Una de las cosas más importantes en este oficio es la sencillez y la humildad”, apunta el barman. “A veces se sofistica algo que no requiere tanta sofisticación, requiere práctica. Las cosas no son tan complicadas. Hacer cócteles no es ser ingeniero”.
Estos son los cócteles que debe aprender todo aquel que quiera iniciarse en el mundo de la coctelería:
Dry Martini
Según De las Muelas es el primer cóctel que se debe aprender. “Es muy sencillo, pero precisamente lo más sencillo es lo más difícil”, asegura. Es, además, el cóctel más icónico. En los bares de De las Muelas hay, incluso, un espacio reservado solo para este cóctel y un contador que va sumando las copas que se sirven.
Como ocurre con la mayoría de cócteles, su invención es discutida. Una de las leyendas más extendidas otorga la paternidad del cóctel a Jerry Thomas, el primer gran bartender de la historia. Hacia 1850, un viajero entró en la taberna que Thomas regentaba en San Francisco y le pidió algo que le ayudara a sobrellevar mejor el largo viaje que aún debía proseguir bajo el sol abrasador. Thomas tomó una botella de ginebra y, tras reflexionar un instante, mezcló el destilado con un poco de vermut bitter, marraschino y algo de hielo. El cliente quedó encantado y, dado que se dirigía a la ciudad californiana de Martinez, el barman pensó en llamar a su creación como esta.
Otras historias sitúan el origen del Dry Martini en la propia ciudad de Martinez, en Inglaterra e, incluso, en Italia. Lo que es seguro es que la bebida ha ido evolucionando hasta convertirse en el estándar que es hoy día. La forma de prepararlo es engañosamente fácil, asegura De las Muelas, pues requiere sutileza, buen gusto y práctica. La buena noticia es que cualquiera puede intentarlo.
Ingredientes:
- 1 copa de ginebra
- 2 golpes de vermut seco (preferiblemente Nolly Prat o Martini Extra Dry)
- Un twist de limón (opcional)
Elaboración:
Para elaborar este cóctel se necesitas un vaso mezclador y una copa Martini, que previamente habremos metido en el congelador. De las Muelas deposita la copa con suavidad en una bandeja de plata cubierta con un paño de hilo, añade una aceituna (manzanilla o verde sevillana son las adecuadas) y, a continuación, escancia sobre el vaso mezclador lleno de cubitos de hielo una copa de ginebra helada y dos golpes del vermut seco. Remueve todo ello suavemente durante 15 segundos con una cuchara, lo agita dos segundos más y lo sirve en la copa. Tras un twist o no de piel de limón se deja que los invitados tomen su copa de la bandeja. “Se deja que desvirguen la copa”, apunta De las Muelas.
Manhattan
El origen del Manhattan, el rey de los cócteles con whisky, está también acompañado de leyenda. Cuentan que nació en Nueva York, lógicamente, cuando la madre de Winston Churchill, Jenny Jerome, organizó una fiesta en honor a Samuel Tinden, un amigo de su padre que había sido elegido gobernador. Otros dicen que se inventó en un viaje en barco a la Gran Manzana, en el que el coronel Joe Walker, que dirigía el famoso Crescent Hall Saloon en Nueva Orleans, escaso de bebida que ofrecer a sus invitados mezcló whisky y vermú y fue todo un éxito.
Ingredientes:
- 2/3 de whisky de centeno o bourbon
- 1 golpe de angostura
- 1/3 de vermú rojo
Elaboración:
Para disfrutarlo como es debido, advierte De las Muelas, “este cóctel ha de ser transparente como un cristal y helado como un tempano”. Para lograr esto se deben servir los ingredientes en el vaso mezclador junto con abundante hielo. A continuación, remueve durante 15 segundos y sirve en una copa de cóctel. Como remate, decora con una guinda roja.
Negroni
“La bondad de la coctelería la sitúo en la virtud de los grandes clásicos”, apunta De las Muelas. Y el Negroni, asegura, es uno de esos grandes clásicos.
Cuenta la historia, de origen discutido (como todas), que el conde Camillo Negroni era un gran aficionado al Americano, el famoso cóctel de vermú, Campari y soda. Un día, cansado de tomar siempre lo mismo, pidió al barman del Caffè Casoni, en Florencia, que cambiara la soda por ginebra, una bebida que acababa de conocer en un reciente viaje a Londres. Creo así uno de los cócteles más famosos y más versátiles de todos los tiempos.
La receta estándar del Negroni lleva un tercio de ginebra, un tercio de vermú rojo y un tercio de Campari, pero De las Muelas prefiere echar un poco menos de Campari, “porque si no lo envuelve todo”. En su libro, no obstante, se respeta la mezcla tradicional.
Ingredientes:
- 1/3 de ginebra
- 1/3 de vermú rojo
- 1/3 de bitter Campari
Elaboración:
“La receta es sencilla, que no fácil”, advierte De las Muelas. Se vierte la ginebra, el vermú y el Campari en un vaso bajo y ancho con un cubito de hielo (solo uno, “mi secreto para que no pierda su esencia”, apunta el barman). Mezclas bien y decoras con una o dos pieles de naranja. Si vas a hacer varios, también se puede preparar en un vaso mezclados y servirlo en copa de coctel, sustituyendo la naranja por una guinda roja.
Imágenes | Pixabay
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