No siempre los invitados son “de andar por casa” y tienes que optar por realizar una comida ceremoniosa para dar el servicio que esperan. Quizá vienen tus suegros a casa y quieres causarles buena impresión o tienes que hacer de anfitrión por cualquier otra causa. Si la comida ha dado buen resultado, es el momento de poner la guinda con el momento del café.
El servicio del café requiere sus propias reglas de protocolo y con estos consejos es muy posible que tus invitados estén realmente encantados.
Muchas personas piensan que el café no se puede tomar en la mesa que han comido, pero esto no es cierto, se puede tomar tanto en el comedor, como en cualquier otra estancia de la casa que tenga una mesa donde disponer el servicio.
Lo que verdaderamente es importante, es preguntar a cada uno de tus invitados cómo prefieren el café dándoles varias posibilidades, solo, con leche, corto, largo, etc. Y mejor que no te sorprendan pidiéndote un té y tengas la despensa vacía. Ten presente que pueden preferir cualquier infusión y deberás disponer de ellas para satisfacerles.
Para mayor comodidad y presentación, hazte de una bandeja para llevar el café a la mesa. No olvides poner en una jarrita la leche caliente y otra con el café recién hecho, también es conveniente servir un poco de leche fría por si alguien “se quema la lengua” o simplemente no le gusta muy caliente. Quedarás como un buen anfitrión si además pueden optar por diferentes tipos de azúcar o edulcorantes.
Las tazas más adecuadas y que mejor guardan el calor, son las de porcelana, gres o barro y no hay que olvidar servirlas con su platito correspondiente y disponer la cucharilla al lado del asa y a su vez, en la mano derecha (o izquierda si es zurdo) de tu invitado.
Es muy indicado ofrecer dulces que acompañen el café, los licores ya vendrán después.