El otro día tuve el placer de asistir a la inauguración de la nueva coctelería de Platea Madrid, un espacio gastronómico único que ya contaba con grandes atractivos como el Restaurante "Arriba" de Ramón Freixa, y al que ahora se une El Palco, una coctelería ubicada en el segundo anfiteatro de este antiguo teatro y sala de fiestas reconvertido, con el toque único que han aportado dos de los cocteleros más relevantes del panorama: Diego Cabrera y Luca Anastasio.
La verdad es que el lugar es espectacular, con una decoración con un toque Arte Decó muy años 20, pero sin resultar recargada, y unas vistas maravillosas de lo que se cuece en el patio de butacas y el escenario, donde cada cierto tiempo tiene lugar algún tipo de espectáculo, como un malabarista descolgándose desde el techo.
A pesar de que durante la inauguración la coctelería se llenó tanto que aquello volvía a parecer una discoteca, no me costó imaginarme a mi mismo sentado tranquilamente en alguno de los sofás, con alguno de estos cuatro gin tonics perfectos para disfrutar de la nueva coctelería de Platea Madrid.
Gin Tonic de Martin Millers con infusionado de té, jengibre y pétalos de rosa
Este es un Gin Tonic de Rocío Sánchez Luque, finalista del IV Premio Masterclass Schweppes, muy sorprendente gracias a un infusionado de té, jengibre y pétalos de rosa directamente sobre la ginebra escogida, en este caso Martin Millers.
Un gin tonic muy peculiar que destaca por ese toque único que aporta el jengibre, que además se potencia con una lámina fresca de jengibre decorando la copa y una tónica a la pimienta.
Gin Tónic de Ginebra 209 con un toque de Chai y lima
A veces, con los Gin Tonics, nos pierde la presentación, y añadimos a la copa más de lo que este sencillo cóctel realmente necesita. Por eso me gusta bastante la propuesta de Gin Tonic de Santiago Ortiz, uno de los ganadores del IV Premio Master Class de Schweppes.
Se trata de un Gin Tonic elaborado con Ginebra 209, a la que le añade un toque de licor de Chai, unas gotas de bitter de lima y un poco de ralladura de lima. Ni cardamomo, ni eneldo ni bayas del bosque. Luego coronado con una tónica tradicional para redondear este gin tonic clásico pero muy completo.
Pisco Tonic
Si hemos tenido un día duro y queremos algo especial, no se me ocurre nada mejor que un Pisco Tonic, una propuesta original para disfrutar de este aguardiente de vino elaborado con zumo de uva que es la bebida oficial de Perú.
La forma más habitual de servir el pisco es el Pisco Sour, con zumo de limón, jarabe, clara de huevo y un toque de angostura, pero combinado con una tónica y unas uvas moscatel para adornar tiene que estar delicioso.
Sin & Tonic
Los Gin Tonics están muy buenos. Lo que pasa es que uno a veces siente compasión por su hígado y sus neuronas, pero no quiere renunciar a una copa bien servida, con todos los matices aromáticos. Ahí es donde entra en escena el Sin & Tonic.
Básicamente, es un Gin Tonic, con todo su acompañamiento (por ejemplo, mandarina y clavo, naranja y frambuesa, lima y rosas...)pero sin la ginebra ni ningún otro alcohol. Eso sí, servido en su copa de balón, con abundante hielo. Porque renunciar al alcohol no tiene que significar beber algo aburrido.
Sin duda, con cualquier de estos cuatro Gin Tonics estaría muy a gusto en la nueva coctelería de Platea Madrid, aunque en realidad, el sitio es tan agradable, íntimo y recogido, pero al mismo tiempo amplio y elegante, que cualquier cosa que me pidiera estaría genial.
De hecho, para ir acorde con la decoración, lo ideal sería pedirse un Highball (bourbon, ginger ale y twist de limón), un Mint Julep (bourbon, menta fresca, azúcar, agua y hielo picado) o un Sidecar (coñac, triple seco, limón y azúcar), que eran cócteles muy típicos de los años 20.
Más información | Platea Madrid
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