Estamos en una época en la que es muy importante hidratarse tanto por dentro como por fuera, beber líquidos es muy necesario para nuestro organismo. Cada día aumenta más el consumo de bebidas refrescantes y cada vez son menos las familias que llevan una jarra de agua a la mesa durante la hora de la comida. El agua ha sido sustituida por los distintos refrescos que se ofertan en el mercado.
Los refrescos han ocupado un lugar preferente en las mesas y son la bebida más utilizada ante un ataque de sed. Los refrescos se inventaron por los laboratorios farmacéuticos como nuevas fórmulas para aliviar distintos dolores de estómago, cabeza, etc., incluso se distribuían de forma gratuita por los distintos hospitales.
La popularidad que ganaron los refrescos se debía al agradable sabor que proporcionaba a quienes los consumían. Incluso durante la Segunda Guerra Mundial se distribuían refrescos para levantar la moral a las tropas. Con 200 años de existencia, los refrescos han marcado una trayectoria ascendente llegando finalmente a dominar la mayoría de las mesas de muchos países.
Durante los últimos años, son pocos los hogares en los que no se guarda algún tipo de refresco en la nevera, según un estudio realizado por la Asociación Nacional de Fabricantes de Bebidas Refrescantes (ANFABRA), nuestro país es el tercer productor europeo de refrescos y se encuentran por delante Reino Unido y Alemania. Además el estudio también indica que hasta un 73% de los españoles prefieren los refrescos antes que consumir agua, especialmente los fines de semana.
Para hidratarse eficazmente lo mejor es el agua, los expertos indican que no se deben dejar de consumir los dos litros diarios de agua que nuestro organismo necesita y que ambos tipos de bebida son compatibles. Nuestro organismo necesita esa cantidad de líquido para rehidratarse y hay que beberlo a pesar de que no se tenga sed, hay que tener en cuenta que se pierden esos dos litros de líquido aunque no realicemos ninguna actividad física. La sensación de la sed comienza cuando nuestro organismo ha comenzado con el proceso de pérdida excesiva de líquidos.
Los refrescos además de quitarnos la sed, nos proporcionan un alto contenido calórico a diferencia del agua, y en ocasiones tienen mucho que ver con el sobrepeso o la obesidad, claro que siempre podemos optar por los refrescos sin azúcar, pero da igual, nuestro organismo asimila mucho mejor un vaso de agua que no un refresco.
No sustituyas el agua, es necesaria y beneficiosa, ideal para nuestro organismo y para combatir la sed. Para seguir una adecuada y saludable dieta, no destierres el agua, tu cuerpo lo agradecerá.
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