Es muy recomendable hidratarse bebiendo líquidos, de hecho, es necesario realizarlo todo el año, pero con este calor que nos está asolando, más todavía. La pérdida de líquidos en nuestro organismo es mucho mayor durante el verano y de no beber la cantidad de líquidos necesaria, podemos caer en la deshidratación.
La alimentación es importante, pero más aún es la ingesta de líquidos, la prueba está en que se puede aguantar más días sin comer que sin beber.
Se ha presentado un libro elaborado por la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, llamado el Libro blanco de la hidratación donde nos muestran las principales recomendaciones preventivas sobre el consumo de líquidos y la ingesta de alimentos hídricos que aportan gran cantidad de líquido a nuestro organismo, especialmente frutas y verduras.
En el libro se muestran además consejos sobre el consumo de los refrescos o las bebidas alcohólicas, cómo afectan a nuestro organismo y qué es recomendable hacer. También nos alecciona sobre la incidencia de la hidratación y la deshidratación sobre determinados colectivos, ancianos, población infantil, mujeres embarazadas, etc.
Los efectos secundarios de una deshidratación también son contemplados en el libro explicándonos sus consecuencias y cuáles son las actuaciones indicadas.
La verdad es que para aplacar y saciar la sed, el agua es el principal líquido para tal efecto, nos refresca por fuera y nos hidrata por dentro.
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