Antes de que llegue la Nochevieja y abracemos el alcohol como si se fuera a acabar el mundo, merece la pena recordar que se puede disfrutar de la bebida sin acabar como un piojo. La diversión está en la calidad y la variedad, y no en bebernos el Nilo y acabar con una enorme resaca.
Aunque parezca que la moda del gin-tonic no va a acabarse nunca, y mientras esperamos que explote del todo la burbuja de las cervezas artesanales, hay varias tendencias en el mundo del alcohol que merece la pena reseñar. Puede que alguna tarde en llegar a España, pero a buen seguro pronto tendremos alguna de estas bebidas en la mano.
Ginebras japonesas
La calidad del whisky japonés es de sobra conocida entre los amantes de esta bebida, pero los nipones parecen decididos a intentarlo también con la ginebra, una industria en la que el país ha entrado con fuerza. Ya es posible encontrar ginebras de las destilerías Suntory, Nikka y Kyoto, que han recibido buenísimas críticas. Aunque se trata de recetas más o menos estándar, los maestros nipones incluyen a la mezcla de botánicos aromas propios de la zona, como yuzu, té verde, flores de cerezo o pimiento japonesa.
Vinos de Jerez
Según el diario británico The Telegraph, los vinos de Jerez protagonizarán este año un espectacular retorno a los bares británicos, el que fuera su mayor importador. Pero nosotros pensamos que también crecerá su consumo en nuestro país, donde es una bebida marginal al norte de Despeñaperros. Vinos clásicos como el fino, la manzanilla, el amontillado, el oloroso o el palo cortado, son una maravilla para tomar en el aperitivo, y si no se vuelven a poner de moda al menos deberíamos reivindicarlos.
El “caramelito”
Los cócteles dulces han existido siempre, pero de un tiempo a esta parte cada vez es más común encontrar destilados dulcificados, al gusto de los incipientes bebedores millennials. En los bares de Madrid cada vez se pide más el “caramelito”, una copa de la ginebra sevillana Puerto de Indias (con sabor a fresa), mezclada con Sprite. A los bebedores tradicionales esto les parece una guarrería, pero tiene un éxito tremendo. 2018 nos traerá, además, nuevas mezclas, como un vodka sabor tarta Red Velvet que hará las delicias de los amantes de los cócteles dulces.
Hidromiel
El hidromiel (o aguamiel) es una de las primeras bebidas alcohólicas que conoció la Humanidad y se cree que es la precursora de la cerveza. Se elabora a partir de la fermentación de agua y miel, y alcanza entre los 10 y los 15 grados. Aunque era popular entre los vikingos y en la Edad Media, en la actualidad solo se consume en bares de heavys, preferiblemente servida en cuernos de vaca. No sabemos si es debido a los hípsters o a Juego de Tronos, lo cierto es que en Brooklyn ha abierto el primer bar de hidromiel y parece que vamos a vivir un retorno de esta legendaria bebida que por suerte fue sustituida por la cerveza. Que Cthulhu nos pille confesados.
Cócteles con infusiones
Existen cócteles de todo tipo, pero como explica en Forbes Barbara Sibley, directora creativa del Holiday Cocktail Loungue, cada vez se llevan más los elaborados con infusiones frías: “Jengibre y chía en una margarita, azafrán en el tequila, moringa con menta y cúrcuma en la ginebra... Es posible hacer bebidas que sean divertidas y saludables”.
Imágenes | Pixabay/Dekanta/Tamorlan/Puerto de Indias/Valhalla Coruña/Pixabay
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