Con la llegada del verano nos apetecen más los zumos naturales. Una ventaja fundamental a la hora de tomar un zumo es, que cuando se toma se elimina un proceso digestivo. Cuando comemos frutas frescas el cuerpo, en su proceso de la digestión extrae el líquido de la fibra.
La licuadora ahorra trabajo a nuestro organismo ya que nos separa zumo y fibra. Así conseguimos que nuestro cuerpo reciba la máxima cantidad de sustancias nutritivas en unos minutos.
Como sabemos, nada tiene que ver el zumo casero del envasado que venden en los supermercados, ya sea concentrado o no. La ventaja del casero es que es fresco de verdad y no existe la perdida de sustancias nutritivas que tienen los envasados.
Además, el zumo natural conserva vivas todas las células básicas para la salud. Un zumo natural es puro y además no contiene aditivos ni conservantes.
Por tanto, es ideal que tengamos una licuadora en nuestra casa, esta nos dará unos enormes beneficios para la salud y así podremos disfrutar de ricos zumos frescos, ya sean de frutas u hortalizas.
Pero debe ser licuadora, no batidora ya que la primera separa la fibra del líquido y la segunda, lo que en realidad hace es puré de toda la pieza de fruta u hortaliza.