Las copas te hacen parecer más sexy que el vino y la cerveza (pero también más agresivo)

Queramos o no, todos asociamos ideas al ver a una persona interactuar con su entorno, y, en concreto, el hecho de consumir alcohol genera una fuerte respuesta emocional, enormemente variable. No es lo mismo ver a un señor mayor con un brick de vino en un parque, que a un grupo de chavales haciendo botellón o a un grupo de mujeres de mediana edad tomando vino en un bar. Nuestra percepción varia incluso dependiendo del tipo de bebida.

Esto último es lo que ha explorado un grupo de investigadores del Servicio Nacional de Salud de Gales, que ha analizado las respuestas dadas en la mayor encuesta del mundo sobre el consumo de drogas, el Global Drug Survey. En la encuesta se preguntaba a los participantes por las emociones que asociaban a los distintos tipos de alcohol: estar animado o relajado, sentirse sexy, seguro, cansado, agresivo, enfermo, inquiero o sensible.

El análisis final, publicado en The British Medical Journal, incluyó las respuestas de en torno a 30.000 personas, de entre 18 y 34 años de 21 países, que habían bebido cada uno de los tipos especificados de alcohol durante el año anterior. Y estas varían enormemente en función del tipo de bebida.

El halo del bebedor

Las bebidas espirituosas se asociaban en un menor porcentaje a estar relajado (un 20%). El vino tinto se asociaba el doble a este tipo de emoción (53%), en un porcentaje similar al de la cerveza (50%).

En general, las bebidas espirituosas están asociados a un mayor número de emociones negativas que el resto de alcoholes. Casi un tercio (30%) de los bebedores de alcohol asociaron tomar copas con sentimientos agresivos en comparación con alrededor del 2,5% de los bebedores de vino tinto.

Sin embargo, las copas también despiertan ciertos sentimientos positivos. Más de la mitad (alrededor del 59%) de los encuestados asociaron estas bebidas con sensaciones de energía y confianza. Y más de cuatro de cada 10 (42.5%) las asociaron con sentirse sexy. En el vino el porcentaje de todas estas sensaciones no llega a la mitad.

El estudio apunta, no obstante, que estas emociones varían enormemente en función de la edad y el sexo. Los más jóvenes tienden a asociar más emociones positivas a todos los tipos de alcohol, así como las mujeres eran significativamente más propensas que los hombres a asociar cada sentimiento, excepto la agresividad, con todos los tipos de alcohol. Los hombres, no obstante, asociaron en mayor medida la agresividad a todo tipo de bebidas.

El carrusel emocional del bebedor compulsivo

Las emociones que despierta el alcohol cambian también enormemente entre los bebedores ocasionales y los que lo hacen a menudo (o de forma patológica). Los bebedores compulsivos eran más propensos a seleccionar cualquier bebida que estuviera asociada a ellos con sentimientos de agresión y llanto cuando estaban en casa o cuando estaban fuera. Pero, también tenían cinco veces más probabilidades de sentirse con energía que los bebedores de bajo riesgo, lo que para los investigadores indica que pueden depender del alcohol para generar ciertas emociones positivas.

“Comprender las emociones asociadas con el consumo de alcohol es imprescindible para abordar el uso indebido de este, proporcionando información sobre qué emociones influyen en la elección de la bebida entre los diferentes grupos de la población”, apuntan los investigadores.

El profesor Mark Bellis, coautor del estudio, comenta: “Durante siglos, la historia del ron, la ginebra, el vodka y otras bebidas espirituosas ha estado mezclada con violencia. Este estudio global sugiere que incluso en la actualidad, los espirituosos tienen más probabilidades de provocar sentimientos de agresividad que otras bebidas”.

Imágenes | Pixabay
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