Esta bebida es única en el mundo gracias a su origen, toda su producción y técnica son un verdadero ritual. Un aguardiente con gran riqueza aromática y muy gustoso, que poquito a poco se ha ido imponiendo, es el tequila, un símbolo para los mexicanos y su bebida nacional.
El tequila se elabora con la planta de agave azul, esta planta no es exclusiva de México, pero si que es la más identificada con su cultura. Esta bebida se viene elaborando desde hace unos cuatro siglos. Hay una leyenda en la que nos cuenta que en una calurosa tarde de verano, cayó un potente rayo sobre una planta de agave, éste hizo que se cociera y fermentara dando lugar a un aromático y poderoso néctar que los habitantes de entonces interpretaron como un milagro de los Dioses.
Podemos encontrar varios tipos de tequila, el blanco que es verdaderamente fuerte y quizás el más puro. Se dice que es la expresión más genuina del agave. También podemos encontrar el añejo, con un gran sabor a madera, ya que se madura como mínimo un año en barrica. Su color es un poco más oscuro y su sabor es más suave.
Después tenemos el reposado, este sólo tiene un ligero toque de madera, tiene un mínimo reposo de dos meses en barrica y es mucho más suave que el blanco. Y para finalizar, el tequila joven es el resultado de una mezcla de tequilas, al cual se le añaden aromas y colores que reducen las asperezas típicas del tequila sin envejecer. No llega tan siquiera a reposar más de 60 días.
Los expertos dicen que el tequila no se debe tomar de un solo trago, debemos dejar que el licor entre en contacto con la punta de la lengua, que se deslice por las papilas gustativas e inunde nuestro paladar.
Algunos de los tequilas más reconocidos son: 7 Leguas , El viejito, El centinela, Viuda de Romero, hay un montón y todos no los podemos nombrar, pero seguro que tú conoces alguno que es digno de mención ¿cuál es?
Más información | Academia Mexicana del Tequila