El Tom Collins es uno de los más populares cócteles de ginebra y uno de los más sencillos de elaborar, pues, a diferencia de la mayoría de combinados, se puede confeccionar sin la necesidad de un vaso mezclador o coctelera.
Así lo hace al menos uno de nuestros más reputados bármanes, Javier de las Muelas, que en su libro Cócteles para Dummies insta a preparar este directamente en el vaso. Cuenta también en el mismo la historia de este cóctel que, como todas, es mitad leyenda, mitad mito.
El vaso ideal para preparar este cóctel es el conocido como “vaso Collins”, parecido al de tubo, pero al más ancho
Dicen que el combinado debería llamarse en realidad John Collins, pues así se llamaba su creador, de origen inglés, que creó el combinado en 1890. Su nombre cambio a Tom Collins debido a que utilizaba una ginebra holandesa, conocida como Old Tom, y los nombres acabaron mezclándose.
Sin embargo, el cóctel parece en realidad ser anterior, y americano, pues ya aparece con ese mismo nombre (y una receta prácticamente igual a la actual) en un manual para bartenders de 1876.
El vaso ideal para preparar este cóctel es el conocido como “vaso Collins”, antecedente directo del típico vaso de tubo, pero algo más grande. En cualquier caso, nos vale un vaso alto y recto que tengamos a mano.
Vierte en el vaso el zumo de un limón (aproximadamente 100 ml), una cucharada de azúcar o sirope, dos medidas de ginebra y, finalmente, la soda (te cabra medio botellín).
Remueve bien para que se diluya el azúcar. Añade tres o cuatro o cubitos de huelo y una rodaja de limón y a disfrutar
Como que acompañar el Tom Collins
El Tom Collins es un cóctel veraniego, con un relativamente bajo contenido alcohólico, que se puede tomar casi como un refresco. Cualquier música le pega, pero en estos días no podemos más que brindar nuestro pequeño homenaje a Aretha Franklin, con uno de sus hits más bailables, este pepinazo de 1972 titulado Rocksteady, escrito de su puño y letra.