¿Te apetece un cappuccino y lo de vaporizar leche no es lo tuyo? No hay problema, aquí tienes una comparativa de cafeteras monodosis capaces de preparar un cappuccino, así como un sinfín de otros tipos de café, como cortados, cafés con leche, mocaccinos, latte machiattos y hasta chocolates calientes.
Estas cafeteras, más versátiles que la popular Nespresso o la deliciosa Illy, han causado furor en el mercado, o al menos eso se deduce de la gran oferta de cafeteras y cápsulas que inundan los supermercados e hipermercados. En Directo al Paladar vamos a comparar las tres más importantes: Dolce Gusto (de Nescafé), Tassimo (de Bosch) y Senseo (de Marcilla y Philips), después de haber estado usándolas durante varios meses las tres.
Las máquinas
Aunque las máquinas de café de las tres marcas ofrecen café y otras preparaciones en cápsulas monodosis, existen importantes diferencias entre ellas, así que empezaremos por compararlas:
Dolce Gusto: Para este sistema de cápsulas existen gran variedad de máquinas, desde las más baratas (39 euros) que tienen un depósito pequeño de agua y un sistema manual de dosificación, hasta las más caras (entre 100 y 200 euros), con sistemas semiautomáticos, depósitos más grandes y diseños más bonitos y con mejores acabados.
Tassimo: Aquí el catálogo de máquinas es más reducido, pero tiene la ventaja de que el modelo básico (39 euros, con ofertas que pueden dejarlo en 9 anecdóticos euros) viene ya con un sistema automático de dosificación que permite obtener la bebida perfecta con sólo pulsar un botón. Tiene un diseño no tan llamativo como las Dolce Gusto pero son bonitas y tienen un acabado muy bueno.
Senseo: Dentro de las cafeteras Senseo hay dos modelos estrella, el más barato, que cuesta unos 60 o 70 euros, solo funciona con monodosis, pero la Senseo Capuccino (con una sola p, no sé por qué) que cuesta unos 150 euros, es capaz de preparar cappuccinos con leche fresca con sólo pulsar un botón. En cuanto a diseño, es ligeramente más tosca y voluminosa, aunque sigue teniendo unas medidas compactas y un diseño que no desentona.
Las cápsulas
Las cápsulas de Dolce Gusto y Tassimo son bastante similares, ambas de plástico, si bien las de Tassimo tienen un par de ventajas: son más pequeñas e incluyen un código de barras que es el que le da la información a la máquina para la dosificación exacta con solo pulsar un botón.
En la Dolce gusto viene una indicación en el paquete para que nosotros le indiquemos la dosis a la máquina (si tenemos una semiautomática) así como un gráfico para que lo hagamos manualmente de forma orientativa.
Senseo, por contra, utiliza monodosis en forma de disco, más ligeras y más responsables con el medio ambiente (y mucho más baratas, como veremos luego), pero con el inconveniente de que, una vez abierto el paquete, el café comienza estropearse, ya que estas monodosis no están selladas individualmente.
El café
Si hablamos de café café, ese que nos preparamos por la mañana para añadirle leche o el solo que podemos tomarnos después de comer o a media mañana, entonces creo que no tengo duda de cual es la ganadora absoluta: la Senseo de Marcilla.
No es que los cafés de Tassimo y Dolce Gusto no estén buenos, o no ofrezcan una gran variedad de diferentes cafés, algo que tienen las tres marcas, (aunque sin llegar a la variedad de Nespresso o la calidad de Illy, claro) sino simplemente que el café que sale de esa cafetera, sabe más al café de una buena cafetera espresso.
Igual es algo personal, porque esta vez no he hecho catas ciegas ni cosas parecidas --he preferido una análisis más de experiencia que científico-- pero cuando voy a hacerme un café solo o uno con leche, teniendo las tres a mi disposición en la cocina, elijo esa cafetera de forma intuitiva.
El cappuccino
El cappuccino hace tiempo que vino para quedarse entre nuestro repertorio de cafés, así que no esta de más cuál de las tres cafeteras lo prepara mejor.
Obviamente, la Senseo parte con mucha ventaja en su versión capaz de prepararlo con leche fresca, en la que simplemente hay que llenar el depósito de leche, poner una monodosis de café y pulsar un botón. Sin duda alguna es la que mejores cappuccinos prepara de las tres, con mucha diferencia, aunque luego hay que limpiar el depósito de leche inmediatamente para que no cuaje y nos haga un estropicio.
Tras la Senseo utilizando leche fresca, me quedaría con el cappuccino de la Tassimo, que está muy rico, aunque en mi opinión sirve una cantidad un tanto escasa. Después elegiría el de la Dolce Gusto, más abundante aunque menos rico, y por último, la monodosis de cappuccino de Senseo, que es directamente terrible.
Otras preparaciones
Además de cafés y cappuccinos, estas máquinas son capaces de preparar chocolate caliente, té (esto lo veo una tontería), cortado, latte macchiato, café con leche... y un largo etcétera de bebidas frías y calientes que sería difícil de enumerar.
En este campo la ganadora en cuanto a sabor es Tassimo, porque en general están todos muy muy ricos (mi preferido, el Milkaccino, que es como un chococcino con chocolate Milka), pero Dolce Gusto no le va a la zaga, con la ventaja de que ofrece muchos de estos preparados en una sola cápsula en vez de usando dos (una para la leche y otra para el café o el chocolate) por lo que sale cada taza a mitad de precio que su competidor.
Por otro lado, Senseo, cuya oferta es más reducida (Café con leche, cortado, cappucino choco, cappucino canela y vienés) no puede competir en cuanto a calidad en este campo, probablemente condicionado por su sistema de monodosis, que le obliga a utilizar leche en polvo en vez de leche condensada como Tassimo (aunque diría que Dolce Gusto también la usa en polvo). En general, el problema es que salen bebidas un tanto aguadas e insípidas, algo que no le ocurre al preparar cafés solos o cappuccinos con leche fresca.
Facilidad de uso
En cuanto a facilidad de uso se refiere, Tassimo es la ganadora en todos los aspectos. Una vez encendida, solo hay que poner la cápsula, colocar la taza en su sitio, apretar a un botón y listo. Si se trata de un preparado de dos cápsulas simplemente retiramos la cápsula, colocamos la siguiente y volvemos a pulsar el mismo botón. A prueba de tontos, vamos. Además, se calienta casi instantáneamente y las cápsulas se quedan completamente vacías o secas tras su uso, por lo que no gotean nada.
Tras Tassimo, Senseo es el siguiente sistema más sencillo de utilizar. Solo hay tres botones, el de encendido, el de una taza (que si pulsamos dos veces hace cappuccino) y el de dos tazas, así como dos cacillos (uno de una taza y uno de dos). En cada tipo de café o bebida nos dice qué cacillo usar y qué botón pulsar, así que es realmente sencillo e intuitivo. Las únicas pegas, que el agua tarda un pelín en calentarse, pero no mucho, y que la monodosis gotea al retirarla.
A la cola va Dolce Gusto, pues incluso teniendo una máquina semiautomática, hay demasiados niveles de dosificación y, como tengas una manual, tienes que estar pendiente de ver si pones la cantidad correcta de café, de leche, chocolate o lo que corresponda según las instrucciones, quedándote la duda de si lo estás haciendo bien. Además, tarda lo suyo en calentarse y, lo peor de todo, las monodosis gotean y se quedan con líquido en su interior.
Cuestión de dinero
El dinero es una cuestión importante a la hora de decidirse por una de estas cafeteras. Las monodosis de Nespresso e Illy son caras (incluso las compatibles), pero las de Tassimo y Dolce Gusto no le van a la zaga, siendo especialmente caras las bebidas que requieren de dos cápsulas (como los cappuccinos o chococcinos).
Tassimo y Dolce Gusto ofrecen paquetes de 16 cápsulas entre 4,50 y 5 euros (aunque hay alguna excepción) lo que arroja un precio de unos 30 céntimos por cápsula, es decir, 30 céntimos por un café, 60 por un cappucino o similar. Bastante caro en mi opinión, sobre todo porque en el caso de Tassimo, casi cualquier bebida que no sea un té o un café solo consta de dos cápsulas, algo que no ocurre tanto en Dolce Gusto.
En el caso de Senseo, los precios son mucho más razonables, con paquetes de 16 cápsulas que cuestan entre 2,50 y 3 euros para el café, y paquetes de 8 cápsulas para los cappucinos y demás. Así, el precio por café es de entre 15 y 18 céntimos, y el del resto de bebidas, entre 30 y 35 céntimos, aunque como he comentado antes, la calidad de éstas las hace poco aconsejables.
Mi recomendación
No esperéis que vaya a decantarme de forma inequívoca por una única opción en esta comparativa de cafeteras monodosis capaces de preparar cappuccinos, porque en realidad cada una tiene sus puntos fuertes y débiles, siendo cada una la más adecuada para diferentes tipos de usuario:
Tassimo: Para sibaritas. Quizás su café solo no sea el mejor, pero la extensa variedad de bebidas que ofrecen (el catálogo es impresionante) y lo ricas que están casi todas, hacen de Tassimo una buena máquina para los que consideran que en la variedad está el gusto. Eso sí, tened la cartera lista.
Dolce Gusto: Se podría decir que es para sibaritas ahorradores (aunque no mucho). Las diferentes bebidas y cafés están un peldaño por debajo de Tassimo en cuanto a calidad, pero ofrecen una buena cantidad de bebidas (cortados, cafés con leche, chocolates) a mitad de precio que su competidor.
Senseo: Para los cafeteros. Si lo que te gusta es el café café, y quieres una forma rápida, relativamente barata, limpia y fácil de prepararlo cada mañana, con el extra de poder disfrutar de un delicioso cappuccino de cuando en cuando, esta es tu cafetera. Quizás la máquina sea más cara y más grande, y el catálogo de cafés mucho menor, pero los que tienen están muy buenos (los de Brasil y Colombia están geniales) y, sobre todo, cuestan casi la mitad.
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