Desde Bruselas se ha aprobado reforzar los controles de calidad del aceite de oliva y es por ello que entre otras medidas se ha prohibido el uso de las clásicas aceiteras en los restaurantes. A partir de ahora con lo que aliñaremos nuestras ensaladas cuando comamos fuera de casa será con envases monodosis.
Así el plan por parte de la Comisión, es que todo aquel aceite que se sirva en un establecimiento hostelero de la Unión Europea debe de venir en un envase monodosis que no pueda ser reutilizado una vez abierto, además de estar etiquetado de forma visible para que los consumidores puedan conocer no solo el origen y la calidad del aceite que les están ofreciendo, sino también la fecha de envasado, si tenemos en cuenta que el periodo de conservación no puede exceder más de dieciocho meses.
De momento se ha votado la propuesta el miércoles pasado y se prevé entre en vigor para enero del 2014. Aunque países como Portugal ya habían tomado esta medida del "no uso" de aceiteras en hostelería desde el 2006, y en Italia ya también se está aplicando esta norma recientemente.
Lo cierto es que como pasa siempre, pagan justos por pecadores, y aunque no todos los restaurantes pero si en parte, el aceite que se ofrecía en las clásicas aceiteras de mesa no era aquel que pensábamos, e incluso algunas veces existía la picaresca de rellenar con orujo de oliva y no con aceite de oliva virgen, tal que nos hacían dudar a los consumidores cuál en el combo era el aceite o el vinagre.
Pero como con toda norma siempre habrá algún sector beneficiado y otro perjudicado. La Federación de Cooperativas aceiteras se ha mostrado a favor de la medida y asegura que con ella se evitará que los clientes confundan la calidad de algunos aceites con otros de gama superior, sin embargo no en todo el sector hostelero ha caído bien esta prohibición.
El tema aquí es si con esta norma podrán hacer frente las pequeñas cooperativas aceiteras al gasto extra que les supondrá el envasado en esas monodosis para seguir comercializando aceite a nivel de hostelería, y que siempre les será más sencillo hacerlo a cuatro marcas grandes que ya poseían la infraestructura anteriormente. Por otra parte además también estaría el aumento de residuos que se generará, cuando lo que se está es luchando por disminuirlos.Y por último desde el punto de vista de consumidor, habrá que esperar a ver cuánto podrá encarecer esta propuesta los menús en los restaurantes.
Y a vosotros ¿qué os parece está decisión de la Comisión Europea?
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