A través del programa El ojo público del ciudadano que se emitió ayer en Televisión Española, pudimos conocer algunas de las deficiencias que existen en la cocina de un fast food, concretamente en una de esas pizzerías franquiciadas.
A través de una cámara oculta y la infiltración de una periodista, conocíamos algunas prácticas lamentables que afectan directamente a la salud del consumidor. La falta de formación profesional, la carencia absoluta de medidas higiénicas, la pésima calidad de algunos productos o la omisión de las peticiones de los añadidos solicitados por los clientes, como por ejemplo una ración extra de queso, son algunas de las características que predominan en la cocina de este fast food.
Los supuestos profesionales que elaboran las pizzas en muchas ocasiones no tienen la formación adecuada, basta con la visualización de un vídeo y alguna consulta a los compañeros de trabajo para comenzar a elaborar pizzas. En el reportaje la periodista preguntaba todo tipo de cosas, por ejemplo, puntualizaba sobre las medidas higiénicas, una de las empleadas preparaba pizzas con heridas en sus manos, la reportera le mencionó la necesidad de que se pusiera guantes. Al parecer los guantes eran inexistentes y como solución utilizó los guantes del fregadero para continuar con su labor. Otro ejemplo, no hay jabón para lavarse las manos, sólo agua, algo que no garantiza la adecuada higiene a la hora de manipular los alimentos. Si uno de los empleados va al baño, posiblemente "sin querer" esté contaminando algunas de las pizzas cuando retome su labor.
En cuanto al tema de los ingredientes, es realmente lamentable, el bacon por ejemplo, es pura grasa, no tal y como lo podemos conocer el bacon los consumidores, además, no se preparan las pizzas del mismo modo ni con las mismas cantidades de ingredientes. ¿Qué ha pedido?, una doble ración de queso, eso da igual, la pizza se cobrará como doble a pesar de que no lleve ese extra.
Las imágenes del reportaje muestran una manera realmente repulsiva a la hora de preparar pizzas, en fin, si nos imaginábamos algo parecido, ahora ya tenemos la certeza.
Seguramente ocurre lo mismo o algo similar en muchos fast food, hamburgueserías, pizzerías... la falta de profesionalidad y el ahorro económico son dos constantes. Los sueldos precarios, la falta de medidas higiénicas, ingredientes deficientes y una carencia de control sobre la labor que se realiza, es una combinación que forma un peligroso cóctel.
Una comida rápida puede resultar muy saludable cuando la preparamos en nuestra propia casa, ingredientes naturales, higiene y buen hacer caracterizan la labor, nada que ver con una pizza preparada en las franquicias que invaden las calles. No decimos que esta situación pueda darse en todos los establecimientos, pero seguro que en más de las que pensamos.
La emisión de este programa pone en tela de juicio el supuesto buen hacer de las cocinas de estos centros, nosotros desde luego no "disfrutaremos" de estos alimentos, la repulsión ha entrado en nuestras mentes.
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