Hay una clara ventaja que nos ofrece la cocina de gas respecto a los otros tipos de sistemas y es el ahorro energético que supone esta forma de cocinar. Según distintos expertos se estima que este ahorro puede llegar a ser de hasta un 30% respecto a otros tipos de cocina.
Para nosotros los consumidores, lo más importante a la hora de elegir el mejor electrodoméstico es el ahorro económico que suponga esta compra en las facturas que nos lleguen a final de mes. Hay una interconexión clara. A mayor eficiencia, menor gasto. Y cuanto menos gasto, más ahorro de dinero y de energía. Pero nuestro plan de ahorro no termina el día de la compra, por eso hoy en nuestro Especial Cocina con fuego vamos a tratar medidas sencillas para ahorrar en nuestras cocinas.
Consejos para ahorrar a la hora de cocinar
Una cocina de acuerdo a nuestras necesidades: Lo primero que debemos hacer es comprar una cocina pensando en lo que necesitamos en nuestra casa. Cuanto más grande y más equipada sea, implicará un mayor consumo de energía. Por eso debemos valorar si necesitamos horno, plancha o asador integrado, si creemos que no, nos decantaremos por una cocina más sencilla. Este es el primer paso para empezar a ahorrar.
Mantener los quemadores limpios: En este tipo de cocinas es muy importante el mantener los quemadores libres de grasa y de hollín. El que estén limpios y en buen estado hace que el calor fluya mejor, así se requiere menor gasto energético para lograr la potencia calorífica que deseamos. También debemos observar que la llama de nuestros quemadores sea de color azul, eso implica una correcta combustión del gas.
Cocinar con los recipientes de materiales adecuados: Ya os habíamos hablado de los mejores materiales para cocinar con gas anteriormente. El material de los utensilios a la hora de cocinar es importante, en el gas tenemos la suerte que hay muchos donde escoger y eso lo distingue de otras cocinas, pero aún teniendo un amplio abanico de posibilidades, hay materiales mejores conductores que otros. Por ello el material también implica un ahorro energético importante.
Escoger bien el tamaño de las cacerolas: Procura que las ollas y sartenes que se utilizan sean del mismo tamaño o un poco más grandes que el quemador. Al colocar un utensilio muy pequeño el calor se desperdicia escapando la llama por los laterales. También es importante que los fondos de las ollas sean planos, se conduce mejor el calor y de forma más regular.
Tapar las cacerolas al cocinar: Tapar bien las ollas y sartenes durante el momento de cocción ayuda no solo a que se aproveche mejor el calor, si no que además conseguimos que los alimentos ganen en sabor al ir haciéndose en su propio jugo y concentrándose más los aromas. Se cree que con esta medida se puede llegar a ahorrar hasta un 25% de energía.
Cocinar con olla a presión: Esta claro que todo sabe mejor cocinándose a fuego lento, pero en nuestro día a día para el ahorro, lo ideal sería cocinar en la olla exprés. La máxima de este tipo de ollas es más calor en menos tiempo. Así conseguimos preparar nuestros alimentos en muy poco tiempo con un gasto energético mucho menor. De media, una olla a presión permite ahorrar hasta un 50% de energía respecto al mismo plato cocinado en una olla normal.
Control de las temperaturas: Lo más recomendable sería empezar a cocinar con una temperatura alta e ir bajándola poco a poco hasta finalmente, cuando ya los alimentos están prácticamente cocinados, apagar el gas y dejar que se terminen de cocinar con el calor residual. También es importante medir la cantidad de agua en las ollas y no poner a hervir grandes cantidades de agua o líquidos cuando no es necesario. Y en el momento que alcancen el punto de hervor bajar el calor al mínimo.
Cocinar en serie: Preparar alimentos para varios días nos permite ahorrar tiempo pero también energía. Siempre gastaremos menos recalentando una comida ya hecha que volviéndola a cocinar. Eso sí, intentar descongelar previamente los alimentos la noche anterior en el frigorífico, el cocinar un alimento congelado o tener que usar el microondas previamente para descongelarlo, implica un gasto energético innecesario.
Esperamos que siguiendo estos consejos se pueda reducir tanto el importe de nuestra factura del gas como el impacto ambiental que supone este gasto de energía. Son consejos sencillos que aplicados a nuestro día a día harán que podamos seguir disfrutando de nuestra cocina de gas además de promover el ahorro.
Imagen | apdk | Yoshiki
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