Ya tenemos los frigoríficos y congeladores llenos de los preciados alimentos que vamos a brindar a nuestros comensales durante las fiestas, mesas repletas de manjares serán la tónica en todos los hogares, la tradición navideña nos lleva a comer más y mejor que en otras fechas, pero aún así, siempre hay sobras.
Tan importante como la elaboración es la conservación de los alimentos cocinados para un consumo posterior, por eso hay que cumplir con ciertas normas de conservación para evitar intoxicaciones alimentarias y para conservar las características de tan preciadas viandas.
Aunque muchas de estas normas ya las conocemos y hemos mencionado en Directo al Paladar, estamos en un buen momento para recordarlo ¿no?. Para empezar debemos saber que los alimentos cocinados deben consumirse, refrigerarse o congelarse en un plazo máximo de dos horas, pasado este tiempo e incluso antes si la temperatura ambiente es muy alta, podrían reproducirse las bacterias hasta alcanzar niveles nocivos.
Además, las sobras deben consumirse en un par de días, y si no es esta tu intención, mejor congelarlos inmediatamente, siempre poniendo la fecha de congelación en el recipiente.
Los recipientes de conservación deben estar bien limpios, nunca deben conservarse los alimentos en el recipiente en el que se han cocinado, y es preferible que sean poco profundos para acelerar la refrigeración. Guárdalo en porciones según el consumo que le quieras dar.
Nunca guardes las sobras de los alimentos enlatados en el mismo recipiente, las latas se oxidan con rapidez una vez que se ha abierto, lo ideal es conservar el líquido pero introduciéndolo en un bote de cristal o de plástico.
El frigorífico debe estar ordenado y organizado, con espacio entre los alimentos para que el aire frío pueda circular, separando los cocinados de los crudos, mucho mejor poner los crudos en la parte baja y los cocinados en la parte superior del frigorífico. Y siempre introducir los recipientes con los alimentos cocinados una vez que estén bien fríos. Para evitar la multiplicación de microorganismos se debe mantener una temperatura interior de entre 0 y 5º C.
A la hora de consumir las sobras, éstas deberán recalentarse, los jugos, las salsas o las sopas deberán hervir unos minutos y remover los guisos para asegurarse de que se calienta uniformemente, para evitar posibles intoxicaciones, debe alcanzar los 65º C el centro de los alimentos.
Una vez recalentado, no se puede volver a recalentar y mucho menos mezclarlo con alimentos conservados, así que o lo terminas o lo desechas.
En el momento que compruebes que alguna elaboración ha cambiado de color, presenta viscosidades, olores sospechosos, etc., no los consumas, pues indican el inicio de la descomposición del alimento.
Siempre se ha dicho que “es mejor que sobre que no que falte”, pero intentemos tener bueno ojo y servir lo que se vaya a consumir, aunque si eres buen/a cociner@ es posible que no dejen ni una migaja.
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