La facultad de matemáticas, astronomía y física de Argentina junto a la empresa Spinlock han desarrollado un sistema para controlar los alimentos a través de la resonancia magnética nuclear. En un principio las posibles ventajas son muchas, mayor rapidez en la obtención de resultados, la posibilidad de analizar un determinado producto sin necesidad de abrir el envase, etc.
Claro que las ventajas serán tanto para las empresas alimentarías como para nosotros, por una parte, las empresas dispondrán en unos minutos de los análisis y por la otra, los consumidores tendrán más garantía en cuanto a las condiciones que presenten los alimentos.
Aunque no sabemos bien si realmente será eficaz, y en qué casos ya que según cito el texto, "En cuanto a las desventajas de la resonancia magnética se cuenta la imposibilidad de medir cantidades mínimas inferiores al uno por ciento como pequeños restos de tóxicos o insecticidas", ¿será esto contraproducente?
Todo lo que sea un mayor control para garantizar el adecuado estado de los alimentos es loable. Varias empresas seguramente estarán deseando tener la posibilidad de utilizar este servicio, ya que los tradicionales análisis químicos suelen tardar unas 24 horas, mientras que este novedoso sistema obtiene los resultados en unos minutos. Alguien se preguntará ¿y el coste?, pues similar en ambos casos, pero las ventajas están claras con el controlador de alimentos a través de la resonancia magnética nuclear.
Mencionamos el coste porque ya sabemos que determinadas manipulaciones suelen encarecer los productos, al menos con este sistema, se garantiza un coste igual que no repercutirá en nuestros bolsillos, pero ¿y en nuestra salud?.
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