Las críticas gastronómicas preocupan seriamente a algunos chefs, aunque en algunos casos esa preocupación rebasa nuestra comprensión, una mala crítica, bajar de categoría o retirar una estrella Michelín puede incluso matar a un gran chef.
En un artículo del País nos ponen algunos ejemplos de ello, Bernard Loiseau un prestigioso chef francés se suicidó al conocer la noticia de que su restaurante había bajado de categoría en una revista gastronómica. Otro famoso cocinero, Marc Meneau quiso quitarse la vida cuando le retiraron una estrella Michelín, a Gérard Besson, la noticia de la retirada de una estrella le provocó un infarto, y así podríamos mencionar algunos ejemplos más.
¿Los críticos gastronómicos tienen en cuenta la pasión de los cocineros, lo que sienten, el amor que le procesan a su arte?, posiblemente en la mayoría de los casos sí y más después de conocer este tipo de noticias. Un crítico ofrece su opinión sobre un determinado chef y restaurante, y este criterio personal termina siendo una especie de “sentencia de muerte”, es algo realmente absurdo. Quizá algunos de estos cocineros llevaban su pasión a un extremo enfermizo, pero en absoluto pueden ser los críticos responsables de sus actos.
Una crítica gastronómica en teoría debería ser recibida de forma constructiva, de hecho, es una herramienta que permite mejorar. Por otro lado los chefs deben valorar la opinión de un crítico pero no hacer de ella una realidad, en algunas ocasiones los críticos se equivocan y son muchísimo más importantes las críticas en general de los comensales, que las de una sola persona por muy preparada que esté.
Nos gustan mucho más las críticas que realiza la Guía Zagat, se trata de una valoración popular que engloba a miles de personas, caso muy distinto de otras guías en las que la figura del crítico es fundamental. Casi podríamos decir que, en algunos casos, los chefs los ven como una figura inquisidora capaz de destruir su pasión, otros reciben sus palabras con gran deseo de mejorar, todo depende de la personalidad de cada chef.
La conclusión es obvia, una crítica gastronómica puede matar, hay que ser muy juicioso no sea que les clasifiquen como "mata-chefs".
Vía | El País Más información | El Mundo Vino Más información | El Mundo Vino (anexo) En Directo al Paladar | Valoraciones sobre la Guía Zagat y la Guía Michelín En Directo al Paladar | Noticias relacionadas con la crítica gastronómica