Cuando el plátano se transforma en un lienzo para efímeras obras de arte

Cuando el plátano se transforma en un lienzo para efímeras obras de arte
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Esther Clemente

Colaborador

Soy una chica coruñesa, veterinaria de profesión y que por circunstancias de la vida acabé viviendo en Asturias donde llevo ya una buena temporada. Cuando me preguntan por qué me gusta tanto cocinar, siempre respondo lo mismo: "¡Por qué mi madre odia meterse en la cocina!".

Muchas son las superficies que pueden servir de lienzo a un artista, algunas estudiadas y otras improvisadas como pueden ser estas que hoy os presento y que diseñadores gráficos han utilizado como un lienzo temporal para desarrollar sus creaciones.

Cada uno en su estilo y con motivos distintos, lo cierto es que el plátano se presta para el dibujo en su cáscara y prueba de ello son estos tres artistas que plasman sus obras en la superficie de la fruta, para después de un corto tiempo hacerlas desaparecer.

Mate Robinson

Es el caso de Matt Robinson, este artista y diseñador gráfico británico hace pequeñas perforaciones en la superficie del plátano con un imperdible o un bisturí. Éste agujereado permite que llegue aire a la fruta y así la parte perforada de la cáscara se vuelve marrón, surgiendo sus ilustraciones.

Con obras más clásicas nos encontramos los “tatuajes” de plátano de Phil Hansen. Desde “La creación de Adán” de Miguel Ángel, pasando por Degas, Boticelli hasta Van Gogh, todo tiene cabida en el arte efímero de este artista que realiza sus obras con un alfiler siguiendo una técnica similar al puntillismo para crear sus dibujos, realizando perforaciones en la cáscara de la fruta muy juntas que dan esa sensación de realismo.

Phil Hansen

Mucho más urbana es la obra de Marta Grossi, esta diseñadora italiana afincada en Hong Kong realiza sus creaciones más al estilo graffiti, con dibujos más sencillos y de patrón repetido, los cuales fotografía con su móvil para después hacerlos desaparecer al cabo de unas horas, pues como bien dice su autora constituyen su desayuno del día siguiente, por lo que sus graffitis tan solo tienen de vida poco más que una noche.

Pues estas obras efímeras en plátano, como todo lo artístico, pueden gustar más o menos al que las admira, pero he de reconocer que imaginación y destreza no les faltan para conseguir plasmar esos “minicuadros” encima de la superficie de esta fruta tan común.

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