Todos los consumidores tenemos que acudir a un comercio a comprar nuestros alimentos y nos gusta comprobar que se encuentran en las máximas condiciones de limpieza e higiene, esto es algo evidente. Algunos comercios pueden proporcionarnos una visual muy pulcra del escaparate (la tienda en general), sin embargo, no sabemos que ocurre en la trastienda.
Una noticia nos informa que hasta 347 comercios alimentarios han tenido que ser sancionados en la Comunidad Valenciana por la Consejería de Sanidad, el motivo ha sido no cumplir los requisitos sanitarios.
Destacamos especialmente el gran volumen de comercios dedicados a la comida preparada, casi 200 de estos establecimientos preparaban las comidas de una manera inadecuada y sin respetar las medidas de sanidad básicas que garantizan la salud del consumidor. Otro tipo de establecimientos que representan un gran riesgo son las carnicerías, hasta 44 han sido multadas por este tipo de infracciones y sólo se cerraron 9 comercios por representar un claro riesgo para la salud.
Lo sentimos por los comercios de comida preparada, pero será difícil que nosotros acudamos a disfrutar de algunas de las comidas que ofrecen. Seguramente habrá quien trabaja con total pulcritud y medidas higiénicas pero ya se sabe, pagan justos por pecadores.
La solución para devolver la confianza a los consumidores más reticentes podría pasar por realizar inspecciones sanitarias con más asiduidad y proporcionar un distintivo (una pegatina acreditativa) en la que se especificara cuándo fue la última inspección y el resultado de ella. Seguramente los que no se esfuerzan en la higiene y la limpieza tanto en la tienda como en la trastienda, acabarían haciéndolo ante el temor de perder clientes y ante la posibilidad de clausura del negocio.
Vía | 20 Minutos