Realmente ¿entra la comida por los ojos? Creo que sí, por lo menos con mis hijos me funciona aquello de presentar los platos lo más apetecibles posible. Por lo visto no soy la única que lo piensa, pues a diseñadora y artista Wei Li, junto a su grupo Bold or Italic desde la ciudad de San Francisco han creado el proyecto Dangerous Popsicles para estudiar cómo reaccionamos cuando los alimentos tienen formas que nos resultan aparentemente "peligrosas" aunque los colores y los ingredientes nos resulten apetecibles.
¿Os apetecería una golosina con forma de cactus o microbio? A mí no. Pues esta es la propuesta sensorial que plantea este proyecto, dilucidar si saboreamos los alimentos primero con la vista y la mente antes de con las papilas gustativas. Para conseguir estas formas poco apetecibles se imprimen los croquis en una impresora 3D y después se realizan los moldes de silicona, tal como se muestra en el siguiente video.
El objetivo de Li es empujar a la gente fuera de su zona de confort mediante la combinación de repusión y deseo. Como explica ella misma: "las golosinas no son otra cosa que agua y azúcar, pero las ideas de virus mortal o de cactus espinoso son suficientes para estimular los sentidos, incluso antes de probarlos”.
Está claro que el food design, la disciplina que conecta comida con diseño, es un área en experimentación que está expandiéndose hacia otros horizontes. El proyecto Dangerous Popsicle es un buen ejemplo de ello. Creo que la próxima vez que mis hijos se quejen de lo poco apetecible que les resulta la cena voy a contarles esta teoría.
Vía | Bold or italic En Directo al Paladar | Minipresso, la máquina de café espresso para llevar en el bolso o en la mochila En Directo al Paladar | Jardín zen hecho con dulces japoneses