Gracias a Telemadrid hemos podido disfrutar estos días atrás, a través de las preguntas de German Yanke y Marta Reyero, de sendas entrevistas con dos de los monstruos de la cocina patria actual: Abraham García y Ferrán Adriá.
El interés de estas entrevistas no estriba sólo en las conversaciones por sí solas, sino más bien en compararlas y descubrir dos polos opuestos de la concepción gastronómica.
Abraham García apuesta por una cocina de trato tradicional con resultados vanguardistas. Gracias a su fabulosa cultura, la cocina de García está llena de ingredientes cosmopolitas que el mismo cocinero conoce y sabe trabajar huyendo de las técnicas de moda actuales y consiguiendo maridajes imposibles que dan como resultado platos geniales. Aborrece lo que define como cocina “espumera y sinfonera” y nunca verás en su carta un aire de nada... la concepción que tiene de su local abunda más en el hedonismo que en la exclusividad. Adriá es el talento, la creatividad, pero sobre todo la osadía. Apuesta por darle un carácter a la cocina a caballo entre la ciencia y el arte y configurar un espacio propio para la gastronomía dentro del quehacer humano que confiere a ésta autonomía propia, que no busca sólo ser otra actividad complementaria de otras. Su visión cosmopolita es más comercial y llena su boca de orgullo al describir el movimiento que encabeza y que tiene a la cocina española en lo alto del podio mundial.
En mi opinión son dos maneras muy legítimas de entender un negocio y una actividad que gracias a su creciente prestigio tiene ya una gran presencia en los medios y cierta capacidad de generar debate, que es lo que yo os planteo: Con qué punto de vista os quedáis, con el del artesano cultivado o con el del líder de la vanguardia?
En Directo al Paladar l Abraham García Abraham Boca, comer, charlar y vivir La revolución culinaria de Ferrán Adriá