Según una noticia publicada en la Vanguardia Digital, el sector del cava catalán, ya está registrando un notable descenso en sus ventas. Pero nos escama una cuestión después de ver la noticia, ¿por qué los responsables de Codorniu no ofrecen las cifras de la disminución? y ¿por qué no citan qué lugares han descendido en sus compras?
Sus razones tendrán y creo que hacen bien, ya que es una manera de poner en la palestra a alguna comunidad y quizás puedan equivocarse, que sus ventas hayan bajado por otros motivos y no por el boicot.
Mezclar política con gastronomía es mala combinación. Uno puede estar o no de acuerdo con el Estatut Català, pero qué tienen que ver los buenos productos de donde quiera que sean con la política. Nosotros miramos el bolsillo y la calidad, sin importarnos que pretendan ligar productos con política.
Discriminar productos en un mismo mercado en función de su origen no va con nosotros, el cava catalán es magnífico, el vino de la rioja tremendo, las Tortas del Casar fantásticas, los quesos del País Vasco excelentes y seguiríamos así recorriendo toda la geografía española, y por qué no, del exterior. “Un poquito de por favor”.
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