Al parecer es posible que heredemos algunos gustos o predilecciones por diferentes alimentos de una manera genética. Un niño tendrá más predilección por la carne o por el pescado dependiendo de su carga o transmisión genética.
Por otra parte, el estudio británico también indica que los postres dulces o la verdura son productos que los niños aprenden a valorar y aceptar dependiendo siempre de los hábitos existentes en su casa, su colegio, etc.
Para llegar a tal conclusión los investigadores realizaron un seguimiento a 103 pares de gemelos de 4 a 5 años y a 111 parejas de mellizos. A los padres se les detalló una lista donde se contemplaban 77 alimentos que pertenecían a diversas categorías. Al lado de cada alimento se aplicaba una escala para que los padres pudieran determinar cuánto les gustaba a los niños dicho alimento.
Los resultados indicaron que los gemelos mostraban idénticas preferencias y la misma escala con las carnes o pescados. Con el resto de alimentos, verduras o dulces, los gemelos estaban condicionados al modo de vida, a la educación, etc. Con los mellizos no pasaba igual, la carne o el pescado no eran gustos coincidentes entre ellos. Curioso ¿no?.
El estudio ha sido publicado en la revista Journal of Physiology and Behavior.