A la pregunta, ¿el huevo es digestivo y ligero?, la respuesta sería sí. Un huevo tiene una equilibrada mezcla de proteínas de distinta naturaleza ideales para el ser humano. Nos aporta además una buena dosis de sales minerales de las que podríamos destacar el calcio, muy beneficioso y adecuado tanto para el fortalecimiento como para el crecimiento de los huesos.
En cuanto al hierro, está presente en la yema y es fácilmente asimilable por nuestro organismo. El aporte vitamínico es también muy notable, vitaminas A y B, aunque la vitamina C brilla por su ausencia. El huevo también presenta lecitinas, sustancias que contribuyen en la reducción del colesterol. Ahora bien, posee un alto contenido en grasas, principalmente en la yema y éstas obligan a la vesícula biliar a trabajar de una manera enérgica y más cuando la vesícula no está completamente sana, este exceso de trabajo nos puede provocar unos fuertes dolores provocados por los cólicos.
Este es uno de los motivos por los que podemos decir que el huevo no es responsable del dolor de hígado y además nos advierte de que algo no funciona en nuestro organismo como debiera.
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