No hace mucho tiempo hacíamos una pequeña referencia sobre comer compulsivamente, en esta ocasión, a través de la publicación digital Málaga Hoy, comprobamos que el síndrome del comedor compulsivo se encuentra muy extendido, afectando a uno de cada diez malagueños. Este dato puede orientarnos sobre cuántas personas sufren este síndrome en España.
En realidad este síndrome es frecuente y esta frecuencia pone al descubierto la carencia emocional sufrida por la población española, ya que este síndrome está fuertemente ligado a este vacío. Un comedor compulsivo trata de llenar su vacío mediante una copiosa ingesta. Según indica en el artículo Modesto Ángel Ruiz, Psicólogo del equipo de Salud Mental del Hospital Carlos Haya de Málaga, la mayoría de casos suelen darse en las personas que sufren sobrepeso y que al intentar perder esos kilos de más, inician una dieta tan restrictiva que lo único que consiguen realmente es padecer un alto grado de ansiedad y estrés. El desenlace, comidas más copiosas devoradas velozmente.
Hay más problemas que se encuentran asociados al síndrome, hipertensión, depresión o problemas gastrointestinales, entre otros, afectan seriamente a los comedores compulsivos. Al igual que hay líneas de actuación con respecto a la anorexia, la bulimia u otros trastornos alimenticios, debería existir también una atención más directa por parte de la sanidad pública a través de campañas informativas, programas, etc. Son muchos los problemas alimentarios que no se encuentran contemplados como debieran por el Ministerio de Sanidad español.
Por suerte, hay una asociación española formada por un grupo de personas que pretenden ser una ayuda, un soporte, un lugar donde acudir y ser aconsejado, se trata de los Comedores Compulsivos Anónimos, que siguen una terapia similar a la que pueden hacer los Alcohólicos Anónimos pero sustituyendo la bebida por comida.
La reflexión que realizamos es la siguiente, si en Málaga un 10% de la población se encuentra afectada por el síndrome del comedor compulsivo y es muy posible que un dato similar sea obtenido del resto del país, ¿cómo es posible que con tanta incidencia, no se haya realizado ninguna actuación por la sanidad española?, preocuparse de los que pueden caer en los distintos trastornos alimentarios es loable, pero también hay que preocuparse de quienes ya los padecen.
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