Durante el verano apetece un buen gazpacho fresquito, resulta un alimento ideal y especialmente si se elabora en casa, ya que los que podemos adquirir preparados en el mercado no ofrecen el mismo sabor ni la misma frescura.
Elaborar un litro de gazpacho en nuestra casa tiene un precio de coste medio que se sitúa en torno a los 3,67 euros, no es un precio excesivo, pero sí especialmente elevado si comparamos el precio que los intermediarios pagan a los agricultores por las hortalizas que utilizamos en nuestros gazpachos.
Según nos informa la COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), si los productos que utilizamos se los compráramos directamente a los agricultores nos ahorraríamos hasta 2,61 euros, una cantidad muy significativa que se traduce en miles de euros de beneficios para los intermediarios.
Por partes, según COAG, el kilo de tomates lo vende (o mejor dicho, se lo compran) un agricultor a 0,56 euros y nosotros lo compramos a un a media de 2,11 euros. El pepino se vende a 0,15 euros y nosotros lo pagamos a una media de 0,45 euros, el pimiento verde tiene un coste por unidad de 0,14 euros y nosotros lo pagamos casi un 500% más caro, 0,63 euros, y así podríamos nombrar cada uno de los productos agroalimentarios, cuyo resultado es similar.
Si se quiere fomentar la alimentación sana y equilibrada donde frutas y verduras tengan acto de presencia en nuestras mesas, se debería empezar por regular estas situaciones no permitiendo esos tremendos abusos hacia los agricultores y los consumidores.
Realmente existe un gran desequilibrio y a los causantes ya los conocemos, nosotros nos solidarizamos con la COAG y también exigimos como ellos un mayor control en los precios y un marco legal que permita supervisar la actuación del comercio agroalimentario.