Cada día estamos peor de salud. Hay más enfermedades cardiovasculares, mayor índice de obesidad, de diabetes, de hipertensión,... en parte, claro, es porque tenemos una esperanza de vida mucho mayor, y claro, se nota en nuestra calidad de vida. Pero hay otros factores que influyen y mucho, como el hecho de que cada día estamos más lejos de la dieta mediterránea y optamos más por alimentos precocinados y bollerías, entre otras cosas por la falta de tiempo.
La mayoría de nosotras ya trabajamos, y no disponemos de 3 horas, como hacían nuestras abuelas para hacer un potaje por las mañanas, hacer un guiso a fuego lento los medios días, o cuidar el menú semanal, ni siquiera en muchos casos tenemos ganas de hacerlo, y es que llegamos tan cansados a casa que lo menos que nos apetece es cocinar.
Lo cierto sin embargo es que es necesario, que comer bien y productos naturales y hechos en casa es el primer paso para tratar enfermedades como la diabetes, para bajar de peso o simplemente para prevenir, por eso hoy voy a daros algunos consejos que a mí (también mujer trabajadora) me vienen muy bien para preparar platos sanos aún sin disponer de mucho tiempo. Eso sí, desde ya os advierto que no esperéis milagros, aunque reconozco que muchas veces las amas de casa (y amos de casa, que cada vez hay más) hacemos cosas que se parecen mucho a ellos.
Lo primero que tenemos que hacer, sin duda, y que a muchas os sonará repetitivo, es repartir las tareas. Cocinar no es en sí el problema. El problema es tener que cocinar, fregar los platos, ir a la compra, poner la mesa, encargarse de que los niños se lo coman todo, poner la comida, ordenar la despensa,... los que nos pasamos mucho tiempo en la cocina sabemos que el acto de poner el plato en la mesa es el más sencillo de todos. El problema es todo lo que hay que hacer previamente, y como no, después.
Así que, si quieres tener más tiempo para la cocina y que tu familia y tú comáis más sano, tienes que tener en cuenta que no sólo va a ser una labor tuya, del que cocina, sino que para hacerlo necesitarás la ayuda de todos.
Siéntate con los miembros de la familia y reparte las tareas. Por ejemplo, que tu marido se encargue de ir a la compra y de cocinar los fines de semana, y que cuide a los niños mientras lo haces, que te ayude a planificar el menú semanal. Que el más pequeño ponga y recoja la mesa, más sencillo, y que la mayor friegue los platos y coloque la despensa.
Por supuesto es sólo un ejemplo, pero estoy segura de que en tu casa también podréis llegar a una solución, para que una persona no cargue con todo el trabajo. Si lo consigues, lo tendrás mucho más fácil, de hecho es el consejo más importante.
En fin, este post está quedando demasiado grande y eso que no hemos hecho sino empezar, así que mañana seguiré con el resto de los consejos para que no se os haga muy pesado. Paciencia.
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