Verano es la época ideal del año para encontrarse con amigos y familiares. Lejos de las rigideces de las comilonas de las fiestas navideñas, los meses estivales permiten reunir comensales alrededor de nuestra mesa sin protocolos y apenas complicaciones. Pero ¿qué hacemos cuando llegan invitados imprevistos y no se ha ido a la compra?
Lo que podría ser un momento para divertirnos y relajarnos, puede terminar siendo todo un drama si no contábamos con ellos y nuestras provisiones son más bien escasas. Para que eso no ocurra, vamos a daros unas cuantas ideas para que podáis salir airosos de esta situación y las visitas se vayan de vuestra casa pensando que sois los mejores anfitriones.
Para capear con soltura este tipo de situaciones, lo mejor es que seamos precavidos y tengamos siempre en la nevera una serie de ingredientes que nos permitan, aunque no hayamos ido a hacer la compra, sortear con estilo los posibles imprevistos. La buena noticia es que no necesitamos mucho, con unos pocos elementos no nos importará si cualquier amigo o familiar decide pasarse por nuestro hogar.
Algo para beber: café, té, vino o refresco
Si existiera un manual del buen anfitrión, lo primero que recomendaría es tener una bebida para ofrecer a nuestras visitas. Tampoco se trata de que tengáis que montar un bar en vuestro hogar, pero tener en casa una botella de vino guardada o un par de botellines extras de cerveza os aseguro que os puede sacar de más de un apuro. Siempre podéis rebajar esta opción con un poco de soda o refresco de limón.
Cuando por la hora sea demasiado pronto para empezar a tomar alcohol, todo depende de la persona, un café o un té es una opción estupenda, y además es algo que siempre suele tenerse en la cocina, con lo que no os supondrá ningún extraordinario. Una forma de que lo que vamos a servir luzca más, es utilizar esa bandeja especial que tenemos guardada o ese juego de té o café que nunca usamos. La ocasión lo merece y seguro que se apreciará vuestro esfuerzo.
Algo para picar: frutos secos, galletitas saladas o patatas fritas
Nada más sencillo que comprar un paquete con algo para picar y guardarlo en la despensa "por si acaso", aunque eso sí, os aconsejo poner un letrero de prohibido abrirlo si no queréis encontraros con la desagradable sorpresa de encontrarlo empezado, pues por lo menos en mi casa hay ratoncitos que se lo zampan todo. Tanto si las visitas se quedan a comer como si no, un piscolabis antes de la comida o cena siempre se agradece.
Si por casualidad tenéis en la nevera algo de queso, cortad unos taquitos para completar el picoteo. O si es queso para untar, disponed un poco en algún plato bonito para que cada cual unte o moje en él una galleta o una patata frita. También podéis mezclar los frutos secos con el queso y cortar palitos de zanahoria o cualquier otra verdura crujiente que tengáis en la cocina, como apio.
Algo para comer: pasta
Para esas ocasiones en las que pasa el tiempo y las visitas no se van o si el compromiso es un poco mayor y se quedan a comer, un plato de pasta siempre es una solución que os sacará del apuro. Por eso siempre viene bien tener un bote de salsa de tomate o algún tuper con salsa casera en el congelador. Si además tenéis alcaparras o alguna hierba aromática, como orégano o albahaca, con la que enriquecer el plato, mejor.
También os aconsejo que revolváis la nevera en busca de alguna verdura u hortaliza que podáis añadir, como brócoli o calabacín por ejemplo, o algún taquito de jamón ibérico, que siempre darán más consistencia a la pasta y que la harán más sabrosa. En veinte minutos habréis conseguido un menú más que digno y sólo os faltará un postre para que este completo del todo.
Algo dulce: fruta, galletas o chocolate
Como en casa somos muy golosos siempre suelo tener algo de helado en el congelador. Me ha sacado de más de un apuro, tanto si han venido visitas como si a alguno de nosotros nos entra el pronto por terminar la comida con un punto dulce. Algunas galletas o un trocito de buen chocolate es suficiente para acompañar el café después de la comida, tampoco es necesario que os compliquéis demasiado.
En vuestro supermercado habitual, buscad galletas de barquillo, que las encontraréis de varios sabores, obleas o galletas de mantequilla. Se conservan por tiempo en la despensa y serán ideales para finalizar un ágape con buen sabor de boca. Y si no, procurad tener siempre fruta de temporada, una bandeja de fruta pelada y troceada es una forma sana y equilibrada de terminar cualquier comida.
Esperamos que estos consejos os vengan bien para capear con nota esos invitados imprevistos con los que no habíais contado, aunque tened en cuenta que ser un buen anfitrión es algo más que alimentar esos invitados, pues lo importante es que se sientan cómodos y a gusto con vosotros ¿O no?
Fotografías | Pexels, Mehran B, lore_photon y kaboompics En Directo al Paladar | 21 recetas frías para organizar un picoteo en casa y no quedarte encerrado en la cocina
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