¿A dónde has viajado, gastronómicamente hablando, estas navidades?. Seguramente, aún sin saberlo, la mayoría de los productos que hemos y estamos consumiendo en estas fechas, llevan a sus espaldas miles de kilómetros. Un filete de merluza de Namibia o unos pimientos de Perú han recorrido muchos kilómetros para llegar a nuestra mesa. La globalización ha conseguido que podamos adquirir productos de cualquier rincón del mundo conociendo gastronomías y culturas diferentes. Pero, ¿cual es el coste que debemos pagar por ello?. Se llama Kilometraje Alimentario, Amigos de la Tierra insisten en los costes invisibles y desconocidos que producen las emisiones de dióxido de carbono que produce el transporte de estos alimentos ya que el dióxido es uno de los responsables directos del efecto invernadero.
Juan Carlos Murillo, de Ecologistas en Acción, calcula que el transporte de una tonelada de mercancías por kilómetro comporta una emisión de 0,002 kilogramos de dióxido de carbono si el medio utilizado es el barco; 0,069 con ferrocarril; 0,11 en camión y 2 en avión. En general, por cada tonelada de dióxido de carbono se necesitan plantar 8 árboles de cultivo intensivo o un centenar en el monte.
Una de las soluciones y recomendaciones que nos hacen que está al alcance de nuestras manos, es optar por consumir alimentos locales, frescos y de temporada, en la medida de lo posible.
Vía | diariadn